La espiral de violencia no se detuvo ayer en Egipto, donde el sábado murieron 32 personas y más de 300 resultaron heridas en disturbios en la ciudad de Port Said, tras conocerse la condena a muerte contra 21 hombres por la masacre de 74 personas en el estadio de Port Said al acabar un partido de fútbol en febrero del 2012. Los incidentes continuaron en esta ciudad y en el centro de El Cairo, donde centenares de opositores se manifestaron por cuarto día consecutivo contra el presidente islamista egipcio, Mohamed Mursi, dos años después de la Revolución que derrocó al exmandatario Hosni Mubarak.

La mayoría de las víctimas de los graves incidentes del sábado en Port Said fueron enterradas ayer y su funeral se convirtió en escenario de nuevos enfrentamientos que causaron siete muertos más y 450 heridos, según fuentes del Ministerio de Sanidad. La cifra total de fallecidos se eleva a 41.

El jefe de la policía de Port Said aseguró que un grupo de hombres disparó contra la multitudinaria comitiva fúnebre que se dirigía al cementerio local tras el funeral en la mezquita de Al Mariam. Al menos 21 heridos habían recibido impactos de bala, pero el resto acabaron en el hospital por inhalar los gases lacrimógenos que lanzaron la policía y el Ejército cuando empezaron los disparos, explicó el director de los hospitales de Port Said, Abdel-Rahman Farah.

No obstante, el Ministerio del Interior negó haber utilizado gases lacrimógenos y aseguró que algunos asistentes al entierro habían lanzado cócteles molotov contra policías y habían atacado comisarías. Según testigos, los disturbios empezaron cuando integrantes de la comitiva funeraria, que gritaban consignas como Mursi es el enemigo de Dios , empezaron a disparar al pasar por delante del Club de Policía.

El líder islamista Tareq el-Zomr advirtió: "Si las fuerzas de seguridad no consiguen calmar la situación , el pueblo egipcio tendrá derecho, con nosotros al frente, a establecer comités populares para proteger las propiedades públicas y privadas y acabar con la agresión contra ciudadanos inocentes".

El Ejército emitió un comunicado indicando a los vecinos de Port Said que se contuvieran y protegieran la propiedad privada y advirtiendo que los soldados actuarán de "manera firme" contra quien "aterrorice" a los ciudadanos y actúe contra la seguridad y la estabilidad del país.

CRITICAS POLICIALES En El Cairo, tuvo lugar ayer otro funeral, el de los dos policías asesinados el sábado en Port Said, en la entrada de la prisión. El ministro del Interior, Mohammed Ibrahim, se presentó en la ceremonia, pero se fue antes ante las críticas de muchos policías.

Desde el viernes, en Egipto han muerto 52 personas, 41 en los disturbios de Port Said y 11 en los enfrentamientos de manifestantes opositores contra las fuerzas de seguridad. La principal queja de los opositores a Mursi es que la nueva Constitución adoptada en referendo el pasado diciembre es islamista y no recoge los intereses de todos los egipcios. El texto de la Carta Magna fue elaborado deprisa y corriendo por una comisión dominada por los islamistas de la que se retiraron los seculares, los liberales y los cristianos. La oposición pide enmendar los puntos de la Constitución en los que no hay acuerdo y crear un Gobierno de unidad nacional. Hoy se ha convocado para hoy una marcha "pacífica".