David Cameron aprovechó el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, para tranquilizar a los dirigentes políticos y económicos internacionales sobre el incierto destino del Reino Unido en la Unión Europea. "No se trata de dar la espalda a Europa, al contrario. Se trata de saber cómo conseguir una Europa más competitiva, más abierta, más flexible y asegurar en su seno la plaza del Reino Unido", afirmó ante una decena de líderes políticos y grandes empresarios.

La intervención del primer ministro tuvo lugar un día después de anunciar su polémico plan de renegociar los poderes cedidos a Bruselas y someter posteriormente a referendo la permanencia británica en la UE. Una iniciativa que ha sido recibida con críticas e inquietud entre los socios comunitarios y en diversos círculos financieros. Como ya hiciera al anunciar el referendo, Cameron instó a Europa a reaccionar y responder "al cambio que está ocurriendo en el mundo", porque "está perdiendo la batalla de la competitividad y la innovación". El primer ministro se reunió en privado con los líderes de Alemania, Holanda, Italia e Irlanda. La cancillera alemana, Angela Merkel, se ofreció el miércoles a entablar el diálogo con los británicos.