Las elecciones legislativas de Israel se volvieron emocionantes cuando los sondeos a pie de urna situaron como segunda fuerza del Parlamento al partido centrista Yesh Atid (Hay Futuro), liderado por el popular experiodista Yair Lapid, que consiguió 19 escaños dejando en ridículo a las encuestas que le adjudicaban 12. Su éxito cambia el panorama político de Israel y permite esperar un Ejecutivo menos derechista que ponga más énfasis en las cuestiones sociales y muestre voluntad de reanudar el proceso de paz con los palestinos.

El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, sufrió un batacazo electoral después de unir esfuerzos con el ultraderechista Avigdor Lieberman, su exministro de Exteriores y líder del partido Yisrael Beitenu y se quedó solo con 31 escaños. No obstante, aseguró ayer que revalidará su cargo, porque "los israelíes quieren que siga liderando el país y forme una coalición que consiga tres grandes cambios: una distribución más igualitaria de la carga nacional militar, viviendas asequibles y un cambio en el sistema de Gobierno".

Netanyahu empezó a cortejar a Lapid después de conocer los resultados electorales. Aunque los analistas pronostican que Lapid ocupará la cartera de Educación o Exteriores, Lieberman dijo que sería "el ministro de Finanzas natural". Lapid está decidido a entrar en el Gabinete de Netanyahu, a pesar de que la líder laborista, Shelly Yachimovich, le instó ayer a no hacerlo porque "destrozará a la clase media". "Si Lapid se suma a una coalición alternativa, le ayudaré. Si no, lideraremos una oposición luchadora como no se ha visto nunca", subrayó Yachimovich, que está dispuesta a trabajar para crear una coalición "que persiga la paz" sin Netanyahu.

Lapid le respondió que no contribuirá "a crear un bloque para obstruir con la diputada del partido árabe Balad Hanin Zoabi" un Gobierno de Netanyahu (...) "Israel ha votado por la normalidad, los resultados electorales son claros y tenemos que trabajar según ellos". El bloque de centroizquierda suma 48 escaños que junto a los 12 de los partidos árabes serían 60, la mitad de la Kneset. Pero los árabes nunca han entrado en ninguna coalición.

CONTACTOS "Las negociaciones para formar Gobierno serán complicadas", afirma el doctor Shaul Shenhav, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

La incorporación de partidos de centro al nuevo Gobierno como Yesh Atid o Hatnuah (El Movimiento), de la exministra de Exteriores Tzipi Livni, hace pensar en una oportunidad para el proceso de paz con los palestinos. Pero Shenhav no se muestra optimista: "Todo apunta a que el nuevo Gobierno será más moderado, aunque el proceso de paz no será una prioridad".