"Los palestinos tienen que irse de aquí, esta es nuestra tierra", asegura Gloria, una judía colombiana que hace cinco años decidió emigrar a Israel y que vive en el asentamiento de Kiryat Arba, muy cerca de la ciudad palestina de Hebrón. "Los palestinos no estaban aquí, es mentira", afirma después de votar en el Centro Comunitario de la colonia sin hacer una mínima propuesta de donde deberían de instalarse los dos millones de palestinos de Cisjordania. "Lo decidirá el Mesías cuando venga", dice convencida. En cambio, el señor que acaba de votar delante de ella, Saul Goldman, sí que tiene una idea pragmática del lugar al que podrían ir a parar: "Hay muchos países árabes como Jordania y Egipto", señala muy convencido.

Gloria no revela a que fuerza política ha votado, pero Saul sí. "Yo apoyo a Naftali Bennett (líder de la Casa Judía, a quien los sondeos situaban como la tercera fuerza)", explica este americano nacido en Boston y emigrado a Israel en 1967.

Bennet se ha pasado la campaña electoral subrayando que está en contra de la creación de un Estado palestino y a favor de que Israel se anexione el 60% de Cisjordania, donde viven más de 350.000 colonos. Muchos habitantes de Kiryat Arba votaron ayer al líder de la Casa Judía.