Cuatro millones y medio de sicilianos estaban llamados ayer a las urnas para elegir al presidente de una región al borde del impago y con el fantasma de la mafia siempre presente. Las elecciones en Sicilia se han celebrado un año antes del final de la legislatura debido a la dimisión del anterior presidente de la región, Raffaele Lombardo, tras hacerse pública la grave situación económica de la isla, al borde del impago.

El 31 de julio, tras la insistencia del presidente del Gobierno italiano Mario Monti, Lombardo presentaba su dimisión. Además, Lombardo había sido investigado por supuesta colaboración con la mafia siciliana.