Las dos jóvenes integrantes del grupo de punk ruso Pussy Riot pagarán por sus presuntos pecados con una reclusión en un infierno de verdad. Maria Aliojina, de 24 años, y Nadezhda Tolokonnikova, de 22, condenadas en agosto a dos años de cárcel por su polémica actuación anti-Putin en la catedral del Cristo Salvador de Moscú, han sido trasladadas a las prisiones más duras, que se encuentran a cientos de kilómetros de Moscú.

De poco sirvió la petición de la defensa de que las dos condenadas estuvieran cerca de sus hijos menores, que fue rechazada por un tribunal de Moscú. El tribunal también se negó considerar una suspensión de la sentencia hasta que los hijos de Aliojina y Tolokonnikova cumplan 18 años. "Aliojina fue enviada a una prisión (campo) de la región de Perm (a 1.200 kilómetros al este de Moscú). Han elegido a propósito una prisión que esté a la máxima distancia de Moscú. A Tolokonnikova la enviaron a la región de Mordovia (a 500 kilómetros al sureste de Moscú). Estos campos penitenciarios son un verdadero infierno", escribieron en Twitter activistas del grupo de arte callejero Voina, que habían estado detrás de la actuación de Pussy Riot.