Bruce Springsteen dijo en febrero que este año no haría campaña para Barack Obama ("no soy un profesional de las campañas"), pero parece que se lo ha pensado mejor. Ayer se subió al escenario en Ohio buscando votos para el presidente junto a Bill Clinton, lo más parecido que hay en la escena política estadounidense a una estrella de rock desde que el rimel se borrara a golpe de desencanto de los ojos de Obama. La suya no es la única ayuda que le espera al presidente del mundo de la cultura. Varias figuras de Hollywood están dando la cara por él en esta recta final de las elecciones donde la América liberal empieza a verle las orejas al lobo.

A Obama no le gusta particularmente la farándula. Es un tipo reservado, más propenso a echar horas viendo deportes en la ESPN, a pasar tiempo con la familia o jugar al golf con algún amigo. Pero sabe que en EEUU sin dinero no hay carrera política y a la hora de recaudar fondos no duda en rodearse de la cohorte de simpatizantes que tiene en Hollywood. Tanto es así que a los republicanos, a los que casi les sobran dedos para contar la gente del 'star system' dispuesta hacer campaña por ellos, le llaman el "presidente del famoseo".

"Obama no es como Clinton, al que le encanta compadrear con Hollywood y todo eso. Es más flemático de carácter, no se acerca a la gente de la misma manera", decía esta semana a Talking Points Memo, el actor y director Rob Reiner.

Hollywood lanza vídeos de apoyo

La posibilidad de que Obama pierda las elecciones ya no es un sueño húmedo de los comentarista de la Fox y quizás eso explique la creciente presencia en la campaña de músicos y actores. Durante estos cuatro años, algunos de sus más acérrimos defensores del 2008 años han expresado decepción con su mandato, pero la idea de la vuelta de un republicano más escorado a la derecha que Bush a la Casa Blanca parece que despierta picores.

Stevie Wonder, Bon Jovi y Kate Perry prestaron su voz la semana pasada en un mitin en Los Ángeles. Scarlett Johansson, Eva Longoria y Kerry Washington acaban de estrenar un anuncio de MoveOn ¿una organización satélite de los demócratas¿ apelando a la reacción de las mujeres ante la amenaza que a su juicio supondría para los derechos reproductivos la llegada de Mitt Romney al poder.

El director David Lynch no pone su cara pero sí su humor corrosivo en un comunicado donde asegura que no tiene ninguna confianza en que Romney vaya a preservar los intereses del 99% de la población. "Me he dado cuenta en una cosa del nombre de Mitt Romney, que para mí refleja por dónde va. Si reordenas las letras, Romney se convierte en 'R Money' (nuestro dinero)". Y Samuel L. Jackson hace de las suyas, plantándose en casa de una familia de votantes apáticos, para decirles en un vídeo que despierten "de una puta vez" y salgan a votar.

El mensaje de Springsteen

Pero quizás ninguna de estas contribuciones pueda tener tanto impacto como la de Springsteen. El 'Boss' es uno de los héroes de la America blanca y proletaria, una reencarnación moderna del trobador Woody Gurthie, y si algo necesita en estos momentos el presidente es rascar unos puntos entre ese sector del electorado, caladero tradicional de los republicanos. Y más singularmente en Ohio, el estado donde muchos piensan que se van a decidir las elecciones.

Las masas mesiánicas ya no están. De las 80.000 personas que escucharon al de Nueva Jersey haciendo campaña con Obama hace cuatro años, se pasó ayer a 3.000. Y esta vez no estaba el candidato, que acudió al 'late night show' de Jon Stewart, otro de los puntales de la izquierda cultural estadounidense. Pero Springsteen no decepcionó, por lo que cuentan las crónicas. Le dijo a la gente en Parma que se ha pasado tres décadas "escribiendo sobre la distancia entre el sueño americano y la realidad americana" y que Obama es la mejor opción para estrechar esa distancia.

"Nuestro voto es la manera ética con la que podemos determinar esa distancia y esa ecuación", dijo, según recoge The Washington Post, después de que la víspera lanzara un comunicado pidiendo el voto para el presidente y defendiendo su gestión . Springsteen regaló seis canciones, incluida una nueva que, según explicó, le pidió Obama que hiciera con el eslogan de su campaña 'Forward' (Adelante).

La única cosa con la que rima, le dijo al público, es 'Backwards' (Hacia atrás). Seguramente no lo dijo con doble sentido, pero lo tiene, si se quiere. Cada día son más las voces que creen que Obama se está equivocando al hablar muy poco del futuro y mucho del pasado. La gente quiere un poco de horizonte y el candidato no se lo está dando.