El presidente libio, Mohamed al Megaryef, ordenó ayer que todas las milicias y grupos armados del país que surgieron a raíz de la revuelta contra el régimen de Muamar Gadafi se disuelvan o queden bajo la autoridad del Gobierno libio en un plazo de 48 horas.

Un mandato que se produce después del descontento popular que se generó contra los grupos armados a raíz del ataque al consulado de EEUU en Bengasi, en el que murió el embajador estadounidense y tres funcionarios más.

El sábado perdieron la vida cuatro personas y 30 más resultaron heridas durante el asalto, por parte de cientos de manifestantes, a las sedes de varias milicias armadas en Bengasi, la segunda ciudad libia. Uno de los ataques se produjo al final de una protesta que reclamaba la disolución de las milicias armadas y otro tuvo lugar en la sede de la milicia Ansar al Sharia.