Angela Merkel y François Hollande reafirmaron ayer su compromiso con la construcción de Europa. Lo hicieron en un ambiente de celebración durante los actos conmemorativos del discurso que, hace 50 años, el entonces presidente francés, Charles de Gaulle, pronunció en el mismo escenario de Ludwisburg, cerca de Stuttgart, que selló la reconciliación francoalemana.

Los dos dirigentes coincidieron en resaltar la importancia de la colaboración entre Francia y Alemania para el futuro de Europa, tal y como hiciera De Gaulle en 1962. Según las palabras que tanto Merkel como Hollande usaron ayer, no hay ninguna duda de que quieren trabajar juntos para superar la crisis:

"Fortalecer nuestra cooperación es esencial para superar la crisis en Europa; trabajamos en la recuperación de Europa. Alemania y Francia tienen en esta tarea una gran responsabilidad", dijo Merkel. En parecidos términos se expresó el presidente francés: "No tenemos más remedio que seguir hacia adelante; constituimos el corazón de Europa". Hollande también habló de la necesidad de "profundizar" en la "relación" bilateral, y añadió un matiz social, al mencionar la unión social y política: "Debemos construir también una unión social y política".

La jefa del Gobierno alemán recordó que cuando De Gaulle pronunció su famoso discurso, ella era una niña que acababa de cumplir 8 años y que el muro de Berlín se había levantado un año antes. Evocó la caída del muro como un logro del conjunto de Europa, que "supuso para mí y para miles de personas de la República Democrática de Alemania, el camino a la libertad".

INTERCAMBIO DE IDIOMAS Merkel concluyó su discurso con un "¡viva la juventud europea!", pronunciado en francés, mientras que Hollande reprodujo las palabras con las que De Gaulle cerró el suyo hace 50 años, también en alemán: "Viva la amistad francoalemana".

Merkel y Hollande mantuvieron también un almuerzo de trabajo para tratar cuestiones relativas a la situación en la zona euro, como el organismo de supervisión bancaria, sobre el que mantienen ciertas diferencias, aunque Merkel aseguró que no son tan grandes.