Si el arco se tensa, puede partirse". Con esta metáfora y dirigiéndose a líderes sunís, chiís y cristianos, el Papa hizo ayer en Beirut un llamamiento a detener la violencia que golpea a Oriente Próximo y pidió a todas las partes "convivencia y diálogo", así como rechazo del integrismo, en una región convulsa.

Benedicto XVI aterrizó ayer en el Líbano para emprender su segunda visita oficial a Oriente Próximo --después de la que realizó a Tierra Santa en el año 2009-- y uno de los viajes más delicados del Pontífice.

En la primera jornada del viaje de tres días, el Papa midió cada una de sus palabras y evitó tomar partido por ninguna de las comunidades religiosas que componen el mosaico libanés. "Deseo que todos los pueblos de la región vivan en paz, hermandad y libertad religiosa", afirmó en la basílica de San Pablo, en Harrissa, a 28 kilómetros al norte de Beirut.

Benedicto XVI pidió a los cristianos que "no tengan miedo" frente a las amenazas que les impulsan a abandonar Oriente Próximo y pidió a musulmanes, cristianos y judíos que "erradiquen el fundamentalismo religioso". El Pontífice tuvo palabras contundentes para la guerra en Siria y llegó a calificar de "grave pecado" el envío de armas a este país, porque sin la importación de armas "el conflicto no podría continuar". El Papa calificó la primavera árabe de acontecimiento "positivo, resultado de un deseo de democracia y de libertad", siempre y cuando se respeten las minorías. "La historia de las revoluciones nos enseña que siempre existe el peligro de que nazca odio", indicó.

EL SINODO DE OBISPOS En presencia del presidente libanés, Michel Suleiman, y de numerosos invitados, el Papa firmó la Exhortación Postsinodal, el documento final del Sínodo de Obispos para Oriente Medio. Este documento, que recoge las propuestas aprobadas por los obispos en el Sínodo del 2010, contiene las líneas de conducta para los católicos de la región, rechaza que se recurra a la Biblia para justificar "las injusticias" y aboga por la solución de los dos estados en el conflicto entre Israel y los palestinos.

"Si no se revuelve el conflicto, siempre habrá motivos para hacer guerras", señaló a este diario Charbel Manna, representante del ecumenismo libanés por parte de la orden maronita.