España no podrá beneficiarse de la posibilidad de que la ayuda europea vaya directamente a los bancos hasta la primera parte del 2013, como muy pronto. Los líderes de la eurozona acordaron ayer esa posibilidad, pero supeditaron la puesta en práctica de la medida a que se haya establecido previamente un mecanismo europeo centralizado de supervisión bancaria bajo la dirección del Banco Central Europeo (BCE). De momento, el rescate a la banca se canalizará a través del Gobierno, como estaba previsto.

La Comisión Europea anunció que presentará "lo antes posible" un proyecto legislativo para ampliar los poderes y competencias del BCE y para encomendarle la supervisión centralizada de todos los bancos de la Eurozona.

El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea debe estudiar ese proyecto con carácter urgente antes de acabar el 2012, según el acuerdo. Una vez aprobada la nueva legislación y el nuevo sistema de supervisión en funcionamiento, el rescate a la banca española podrá transferirse al nuevo mecanismo, descargando así la presión sobre la deuda pública española, precisaron fuentes del eurogrupo. Esto podría producirse a lo largo del año 2013, por lo que el impacto del rescate de la banca sobre la deuda pública será solo temporal.

El rescate europeo, en cualquier caso, estará sometido a un estricto memorando que deberá suscribir el Gobierno español y que incluirá la exigencia de planes de reestructuración para las entidades beneficiarias y profundas reformas en la normativa del sector bancario, así como el cumplimiento de la reducción del déficit y de la aplicación de las reformas reclamadas por la Unión Europea.