Apenas 24 horas antes de la (nuevamente) decisiva cumbre para defender el euro, Mariano Rajoy hizo un llamamiento casi desesperado a sus socios europeos para que se tomen medidas urgentes con el objetivo de estabilizar la moneda única. "No podemos seguir financiándonos durante mucho tiempo a precios como los de estos momentos", reconoció ayer el presidente en sede parlamentaria, un día en el que el bono español se cotizó al cierre con una rentabilidad del 6,93%.

Rajoy viajará esta mañana a Bruselas para participar en el Consejo Europeo, el primero desde que el Gobierno pidiera ayuda para rescatar a los bancos. Y llega a la capital europea habiendo superado esa fase de triunfalismo con la que abordó la "ayuda financiera" de 100.000 millones de euros el 10 de junio y después de haber admitido que en los próximos meses deberá aprobar "medidas difíciles" para los ciudadanos.

BATALLA El jefe del Ejecutivo explicó que va a dar la batalla en la cumbre para que se avance hacia la unión bancaria y fiscal, unos pasos que demostrarían que el euro es un proyecto "irreversible" y que deberían ayudar a que los mercados aflojen la presión sobre los países más débiles. "Hoy es dificilísimo financiarse y será peor si no emitimos un mensaje claro de que nos tomamos este asunto en serio", advirtió Rajoy en la sesión de control en el Congreso ante el temor de que la cumbre acabe sin nada en claro. El presidente español va de la mano en este asunto con el italiano Mario Monti, que ayer dijo estar dispuesto a que la cumbre se alargue hasta el domingo antes que abandonar la capital europea sin enviar un mensaje contundente a los mercados y los socios internacionales.

El Gobierno español --que sigue reclamando la inyección de dinero del Banco Central Europeo (BCE) como solución a corto plazo-- alaba el "ambicioso" documento que el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, presentó el martes y en el que se planea una integración acelerada en tres ámbitos: el bancario, el fiscal y el de la política económica. El Ejecutivo, según fuentes gubernamentales, confía en que la cumbre acabe, como mínimo, con el compromiso de elaborar un calendario para alcanzar la unión bancaria, que dotará a los países de normas comunes sobre la gestión de las entidades y la resolución de las crisis bancarias.

Rajoy también aseguró que seguirá presionando a sus socios para que la ayuda de hasta 100.000 millones vaya a los bancos, algo que le negó el viernes la cancillera alemana, Angela Merkel, y ayer volvió a descartar el Eurogrupo. Durante la sesión de control, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, exhibieron su sintonía en la política europea, prácticamente la única, junto al antiterrorismo, que les une en estos momentos.

APOYO DEL PSOE Ambos consideran que el camino de la UE debe pasar por la inyección de dinero por parte del BCE, un plan de empleo y una mayor integración fiscal y bancaria. La única diferencia radicó en los énfasis. Si el líder del PSOE consideró que la ampliación del "calendario de consolidación fiscal" era "fundamental", el jefe del Ejecutivo no entró en este asunto y añadió que "lo más importante es lanzar un mensaje sobre la irreversibilidad del euro". Pero ambos enviaron mensajes de unidad. "Va usted al Consejo Europeo con el apoyo del PSOE", le dijo Rubalcaba.

Después, la sesión de control continuó por los derroteros habituales. Duras críticas entre el Gobierno y el PSOE por los matrimonios gais, el medio ambiente, la política laboral y el conflicto minero.