El sector financiero vivió ayer una jornada de incredulidad. Fuentes de la banca confirmaron por la mañana que el Banco de España les había comunicado el aplazamiento a septiembre de los resultados de la segunda auditoría externa al sector, previstos para el 31 de julio. El anuncio disgustó profundamente a las entidades, pero este enojo se convirtió en sorpresa cuando fuentes oficiales del Ministerio de Economía negaron a media tarde que se vaya a producir tal retraso, y achacaron la confusión a un "malentendido".

Sin embargo, varios bancos decían ayer por la mañana que habían recibido la noticia del aplazamiento. Posteriormente, fuentes oficiales del proceso --en el que están inmersos el Banco de España, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y los Bancos Centrales de Francia y Holanda, ade- más del Ejecutivo español-- lo confirmaban. Según esas fuentes, "todos los implicados" estaban de acuerdo en retrasar el proceso para recabar "más información" y hacer un análisis "más detallado" de la situación.

Así, explicaban, la segunda auditoría (la más detallada sobre el estado de cada entidad) se daría a conocer "en algún momento de septiembre", mientras que se mantenía el plan de dar a conocer este mismo jueves la primera (la que dará la cifra general sobre la recapitalización que precisa el sector).

Ya por la tarde, el Ministerio de Economía comunicó que "hoy por hoy se mantiene el calendario" anunciado. Fuentes de una de las cuatro auditoras que están haciendo ese segundo examen a la banca --Deloitte, KPMG, PwC y Ernst & Young-- también aseguraron que el Banco de España no les había comunicado ningún cambio en el alcance o los plazos de su análisis.

Pero para entonces las entidades más sanas ya estaban indignadas. Entendían que retrasar a "finales de septiembre o principios de octubre" la publicación de las necesidades de capital y provisiones de cada entidad (y su capacidad para afrontarlas con o sin ayudas públicas) les iba a someter a un duro ataque en bolsa. Además, alertaban de que el aplazamiento podría recrudecer la desbandada de los inversores de la deuda española, hasta llevar al Estado a pedir el rescate.

El desmentido de Economía despejó estos temores. Pero la confusión creada supuso un golpe para un proceso que busca, precisamente, despejar las dudas del mercado sobre la situación real de la banca española.

Este jueves --aunque algunos bancos sospechan que podría ser el viernes, al cierre del mercado--, se dará a conocer el informe de la estadounidense Oliver Wyman y la alemana Roland Berger sobre los 14 principales grupos financieros (90% del sector). Les han sometido a una prueba de resistencia para ver qué necesidades de capital tendrían en un escenario económico más adverso que el actual.