La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el primer ministro británico, David Cameron, se han enzarzado en una discusión sobre el conflicto por la soberanía de las islas Malvinas en los márgenes de la cumbre del G-20, que se ha celebrado entre el lunes y el martes en la ciudad mexicana de Los Cabos.

El ministro de Exteriores y el secretario de Comunicación Pública de Argentina, Héctor Timerman y Alfredo Scoccimarro, respectivamente, han revelado a la agencia de noticias Télam, que Cameron se ha dirigido a Fernández de Kirchner para hablar sobre el archipiélago.

Al parecer, la presidenta estaba leyendo unos papeles cuando el primer ministro se ha acercado a ella "para agradecerle su posición a favor de la creación de un Banco Central Europeo que funcione como un prestamista subsidiario para disipar los temores sobre el euro".

"La presidenta le respondió que había visto las portadas de la prensa internacional y que no se mostraban optimistas ante los resultados de la cumbre del G-20, cuando de repente fue interrumpida por Cameron", ha dicho Scoccimarro.

Entonces, el 'premier' exigió a la presidenta que respetara el resultado del referéndum que Reino Unido pretende celebrar en las Malvinas para que los isleños decidan sobre la adhesión del territorio a Reino Unido o a Argentina.

En respuesta, Fernández de Kirchner instó a Cameron a cumplir el mandato de Naciones Unidas, que ha urgido a los dos países a iniciar un diálogo para solucionar la disputa territorial, y le intentó entregar un sobre con todas las resoluciones de la organización internacional, que el mandatario no aceptó.

"El primer ministro le contestó que no iba a hablar de soberanía, a lo que la presidenta le respondió que sólo quería dialogar tal cual lo ordena Naciones Unidas", ha relatado el secretario de Comunicación Pública.

Timerman ha considerado que la reacción de Cameron ante el ofrecimiento de Fernández de Kirchner es una muestra de que "el aumento de apoyo que ha habido en el mundo a la posición argentina está haciendo mella en el Gobierno británico". "Por primera vez en muchas décadas se ven obligados a responder públicamente", ha celebrado.

Asimismo, ha insistido en que "el lugar para hablar sobre esta cuestión es el Comité de Descolonización de la ONU, donde estuvo la presidenta y no estuvo el primer ministro", ha recordado.