Los dos principales contendientes en las elecciones de Grecia, el partido de izquierda radical Syriza, de Alexis Tsipras, y el conservador Nueva Democracia (ND), liderado por Antonis Samarás, obtendrían un empate con el 27% de los votos, según los primeros sondeos tras el cierre de los colegios electorales. O, lo que es igual, la opción conservadora de avalar los duros ajustes impuestos por Europa y la izquierdista, de renegociar el memorando de arriba a abajo con la posibilidad de salir del euro, contarían con el apoyo del mismo número de ciudadanos.

De acuerdo a las encuestas a pie de urna, hechas por cuatro compañías demoscópicas para los principales canales de televisión griegos, ND obtendría entre el 27,5% y el 30% y Syriza el mismo porcentaje de entre el 27% y el 30%. Según estos datos, el partido que quedase en primer lugar tendría hasta 130 de los 300 escaños del Parlamento, pero se quedaría a 21 de la mayoría absoluta, pies quien gane obtendrá 50 escaños extra.

Del resto de las formaciones, el socialdemócrata Pasok obtendría entre el 10 y el 12%, el nacionalista Griegos Independientes entre un 6 y un 7,5%, los neonazis de Amanecer Dorado hasta un 7,5%, Izquierda Democrática recibiría entre el 5,5 y el 6,5% de los votos, y los comunistas un máximo del 6%.

Cerca de 9,9 millones de griegos estaban llamados a votar en estas elecciones después de que en las del pasado 6 de mayo la fragmentación del Parlamento resultante de los comicios impidió la formación de gobierno.

Esta cita con las urnas es crucial para el futuro de Grecia dada la muy delicada situación financiera del país mediterráneo, abrumado por una elevada deuda soberana y un empobrecimiento de la población. Grecia está en el quinto año de recesión y se enfrenta a unas duras medidas de austeridad impuestas por los acreedores internacionales para recibir créditos destinados a satisfacer su deuda.