El expresidente de Liberia, Charles Taylor, se convirtió ayer en el primer jefe de Estado condenado por la justicia internacional tras los juicios de Nüremberg contra la plana mayor del régimen nazi. Taylor fue sentenciado a 50 años de prisión tras haber sido declarado culpable de haber proporcionado armas y municiones a los rebeldes de Sierra Leona a cambio de diamantes. "El acusado es responsable de haber ayudado e instigado, así como de haber planificado, algunos de los crímenes más odiosos de la historia de la Humanidad", declaró el juez de Samoa Richard Lussick, en una audiencia pública ante el Tribunal Especial para Sierra Leona.

La defensa se apresuró a calificar el castigo de "desproporcionado y excesivo", y anunció que apelaría. Las víctimas dieron la bienvenida a la condena.