El islamista Abdelila Benkirán se muestra distendido y cercano durante la entrevista. Su visita a Barcelona era en principio privada, pero ha tenido tiempo para verse con el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, y para hablar en el Instituto Europeo del Mediterráneo.

--Hace ya seis meses que usted fue nombrado primer ministro. ¿Cuál es su valoración?--Marruecos ha vivido, como los demás países, eso que se llama la primavera árabe . Los jóvenes han salido a la calle, han pedido reformas, aunque los ciudadanos han elegido moverse en el marco de la estabilidad, y quien habla de estabilidad en Marruecos habla de la monarquía. De momento, no han cambiado muchas cosas en el plano económico, pero un clima de confianza se está instalando en estos momentos en el país. Hemos frenado a esa gente que aspira a un trabajo en la función pública sin pasar por oposiciones como todo el mundo. Me he reunido con hombres de negocios y he dicho que vamos a hacer todo lo posible para facilitarles la vida. Antes, la Administración pensaba que podía sacar provecho de los negocios y yo les he dicho: "Eso se ha terminado". Las medidas que tomamos cada semana hacen que el clima esté mejorando.

primavera árabe

--¿Cuál es el verdadero poder de un primer ministro en Marruecos, después de que a los pocos días de su nominación fuese nombrado consejero real un personaje que no tiene buenas relaciones con usted?--En Marruecos, el jefe del Gobierno tiene un poder. Pero su majestad es el detentor supremo del poder. El rey interviene en las decisiones del jefe del Gobierno, pero el jefe del Gobierno no interviene en las decisiones del rey. Para nosotros, a partir del momento en que su majestad ha elegido a sus consejeros, la cuestión está cerrada. El lo ha hecho para que no seamos ya rivales. Entre su majestad y yo, las cosas van bien. Marruecos no es una monarquía parlamentaria. Y créame usted, a los marroquíes no les interesa tenerla.

--¿Hay cooperación entre los países del Magreb?--Espero que las cosas vayan mejor con Argelia. Que abran las fronteras con Marruecos, cerradas hace mucho. Con Túnez las cosas van bien. La evolución en ese país es democrática. El Gobierno lo presiden islamistas muy evolucionados, más que nosotros.

--¿Cambios en el Sáhara?--Le seré sincero. El día que Argelia lo quiera, la cuestión del Sáhara se solucionará, ya sea en días o semanas. Es una pena que perdamos tantas energías en ese problema.

--Ustedes fomentan el uso del árabe en televisión...--No hemos hecho nada especial. Teníamos un noticiario a las once y lo hemos recolocado sobre las nueve. En un país que habla árabe, hemos mantenido el noticiario en francés, hay uno en español y queremos uno más en inglés. Somos un país abierto.

--¿Y sobre la religión?--La religión es una prerrogativa de su majestad, al ser el caudillo de los creyentes. En Marruecos no hay separación iglesia-Estado. Nuestros amigos españoles y franceses nos comparan con ellos, pero es un error. Los marroquíes están muy unidos a su rey.