Ante la persistencia de profundas divisiones entre los Veintisiete, los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) decidieron ayer aplazar hasta el "último momento" la decisión de efectuar o no un boicot político a Kiev durante la celebración de la Eurocopa de fútbol como represalia por la considerada condena judicial arbitraria de la antigua líder de la revolución Naranja, Yulia Timoshenko.

La competición deportiva, que se celebrará del 8 de junio al 1 de julio en Ucrania y Polonia, está coorganizada por el Gobierno polaco, que se opone a cualquier boicot institucional y que insiste en que no debe mezclarse el balón con las cuestiones políticas. En cualquier caso, los Veintisiete han descartado cualquier tipo de boicot deportivo a la competición. "Todos los equipos estarán allí", subrayó el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

"Vamos a continuar discutiendo", afirmó la ministra europea de Exteriores, Catherine Ashton, tras concluir el Consejo de Ministros de la UE. Ashton espera que hoy el primer ministro ucraniano, Mykola Azarov, explique a la UE qué planes tiene el Gobierno para subsanar sus deficiencias en materia de respeto de los derechos humanos.

POSTURAS VARIAS "Las posturas han sido diversas y se ha decidido esperar al último momento para adoptar una posición común", dijo García-Margallo. "El problema es cuál es la respuesta política que debe darse al caso Timoshenko y hay varias opiniones: que no hubiese autoridades políticas en los partidos de sus selecciones o que hubiese presencia política, pero con una advertencia previa de que eso no supone convalidar una conducta que creemos que es contraria al Estado de Derecho", añadió. La Comisión Europea, Alemania, Reino Unido y Holanda no enviarán representantes de máximo nivel a Ucrania.