Los políticos británicos han evitado celosamente enemistarse con Rupert Murdoch. El primer ministro, David Cameron, comprueba ahora por qué. Cameron tuvo ayer que publicar la lista de donantes del Partido Conservador, a los que había invitado a cenar en los apartamentos privados de Downing Street. El domingo se había negado a hacerlo. Ese día, el Sunday Times, propiedad de Murdoch, publicó el vídeo con uno de los tesoreros del partido, Peter Cruddas, explicando a dos reporteros camuflados del dominical cómo por unos 300.000 euros podrían cenar con Cameron y su esposa, o con el ministro de economía, George Osborne. Cruddas dimitió inmediatamente y Cameron está tratando ahora de que la tormenta política no se transforme en un huracán.

Los cuatro donantes mencionados en la lista divulgada ayer han contribuido con un total de 10 millones de libras (12 millones de euros) al partido conservador. Se trata de un banquero, un abogado, un antiguo tesorero y un excéntrico millonario. Todos ellos eran donantes conocidos.

Más interesante aún es el mensaje de Murdoch en Twitter a sus 200.000 seguidores pidiendo "una investigación completa e independiente" de las donaciones "con todo detalle y con consecuencias". El magnate le devuelve el golpe a Cameron por haber ordenado la investigación sobre el escándalo de las escuchas en los periódicos de su grupo en el Reino Unido.

GENEROSIDAD El premier no aceptó ayer preguntas de los periodistas en una conferencia en la que anunció la publicación de la lista de comensales. Tampoco compareció en el Parlamento durante una declaración sobre la necesidad de reformar la financiación de partidos. El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, pidió como Murdoch una investigación independiente sobre las cenas de los generosos invitados tories.