La policía de Londres ha desmantelado esta noche el campamento de indignados que desde el pasado 15 de octubre se había instalado frente a la catedral de Saint Paul, en el centro de la capital británica. La actuación policial responde a la orden del Tribunal Supremo, que ha dictaminado que la expulsión de los indignados por parte de la Administración era "legal y justificada".

Los agentes han retirado las tiendas y todo el material de los indignados, pertenecientes al movimiento Occupy London, y han obligado a los acampados a abandonar la zona. La actuación policial se ha desarrollado de forma pacífica aunque al final una veintena de personas han sido detenidas.

Los miembros de Occupy London, que protestaban entre otras cosas por los excesos de la banca y las grandes corporaciones, han pedido a través de sus cuentas en Twitter "la necesidad urgente de observadores legales" y han denunciado los arrestos. Asimismo han lamentado que el desalojo se haya hecho de noche. "La autoridad legal no necesita hacerlo en la oscuridad", han lamentado antes de reiterar que tienen derecho a seguir en el lugar porque, argumentan, la orden del Supremo solo concierne a la retirada de las tiendas y el material.