El exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi ha sido considerado culpable de corrupción de un testigo, pero no será condenado por ello porque el delito ha prescrito. Así lo ha decidido este sábado un tribunal de Milán que ha puesto así punto y final al caso Mills, uno de los procesos más atormentados de la larga historia judicial de Berlusconi.

Los jueces han considerado probado que Berlusconi pagó a finales de los años noventa 600.000 dólares al abogado inglés David Mills para que mintiera sobre la constitución de una red de sociedades financieras en el extranjero, en las que el grupo industrial de Berlusconi ocultó fondos ilegales. Además Mills escondió el dinero al fisco británico, lo que obligó a su entonces esposa, Tessa Jowel, ministra del Gobierno de Tony Blair, a dimitir. La defensa de Berlusconi aduce que su cliente no conoció nunca a Mills, al que considera "uno más" del grupo industrial Fininvest.

Las investigaciones del caso Mills comenzaron hace 10 años y la vista oral arrancó en el 2005. Como Berlusconi era jefe del Gobierno y volvió a serlo a partir del 2008, la posición procesal de Mills fue separada de la suya y el abogado fue condenado en primera y segunda instancia. Cuando su proceso llegó al Supremo los delitos habían prescrito. En los dos primeros grados, Mills había sido condenado a cuatro años y seis meses de cárcel.

El cálculo de los plazos, la clave

La vista contra Berlusconi se retomó en otoño pasado, cuando el político abandonó el Gobierno y desde el primer momento su defensa subrayó repetidamente que el proceso había prescrito, a lo que la fiscalía se ha opuesto siempre. El cálculo de los plazos de caducidad depende del momento en que se sitúe la comisión del delito y del cálculo de los periodos en que Berlusconi no podía ser procesado por estar amparado de una inmunidad que había aprobado su mismo Ejecutivo.

"Se trata de un proceso construido sobre la nada, yo soy inocente", ha dicho Berlusconi, cuyos abogados han intentado hasta el último minuto que los jueces reconocieran que los plazos judiciales del delito habían prescrito. El político no estaba presente en la sala en el momento de pronunciar la sentencia y en días pasados había presentado una memoria a su descargo.

Berlusconi todavía tiene pendientes dos procesos. El primero, el llamado caso Ruby, por abuso de poder e incitación a la prostitución de una menor. El segundo, el caso Unipol, es por supuesta participación en la revelación de secretos.