Rupert Murdoch pasó ayer al contrataque, decidido a retomar la iniciativa en el escándalo que amenaza el futuro del diario The Sun. El magnate australiano, que se halla desde el jueves en Londres, acalló los rumores de cierre del periódico, anunciando el lanzamiento "muy pronto" de The Sun on Sunday, una edición dominical del popular tabloide.

La nueva publicación ocuparía el hueco dejado por News of The World, que Murdoch cerró el pasado mes de julio por el escándalo de las escuchas. El presidente de News Corporation también anuló la suspensión de empleo que pesaba sobre los empleados del periódico, sospechosos de estar involucrados en sobornos a cambio de información.

A pesar de encontrarse a la espera de los resultados de las investigaciones policiales en curso, los detenidos podrán reincorporarse a sus puestos de trabajo cuando lo deseen, en tanto en cuanto no sean inculpados. "News Corporation pagará sus gastos legales. Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario", señaló Murdoch en un correo electrónico difundido poco antes de su llegada a los cuarteles generales de News International, donde se hallan las redacciones de sus diarios en el Reino Unido.

Desde el pasado mes de noviembre, 10 miembros o antiguos miembros de la redacción del rotativo The Sun han sido detenidos, como sospechosos de corrupción. "He trabajado a vuestro lado durante 43 años para hacer de The Sun uno de los mejores periódicos del mundo", decía el mensaje con el que Murdoch trataba de reconciliarse con los periodistas, que en las últimas semanas le han acusado de lanzar contra ellos una caza de brujas. The Sun "es parte de mí y uno de mis mayores logros", añadía.

PROMESA DE PERIODISMO ETICO Pero Murdoch también advertía de que "las actividades ilegales no se pueden tolerar y no se tolerarán", al tiempo que prometía hacer de News Internacional "un ejemplo de periodismo ético".

El poderoso octogenario tiene la intención de permanecer a lo largo de varias semanas en la capital británica. Murdoch y el mayor de sus hijos, Lachlan, estuvieron paseándose por la redacción del diario y estrechando la mano de los periodistas.

Alguno de los presentes en la visita comentaría después que hará falta algo más que un apretón de manos y buenas palabras para lograr restablecer la confianza perdida.