Florida, como ha dicho el senador de origen cubano Marco Rubio, es "un mini Estados Unidos". Por eso habitualmente se considera que el vencedor en las primarias del estado tiene muchas posibilidades de acabar siendo el candidato en la carrera por la presidencia.

Ayer, el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney, confiaba en consolidar en las urnas la importante ventaja que le daban todos los sondeos y llevarse los 50 delegados que el estado asigna en bloque al ganador. Y si finalmente el sufragio confirma la victoria por más de 10 puntos de diferencia que adelantaban esas encuestas, el republicano encara un mes de febrero con opciones de vigorizar su campaña, aunque con Newt Gingrich como rival y con Rick Santorum y Ron Paul negándose a tirar la toalla, es demasiado pronto para relajarse.

Gingrich, el mayor freno hasta ahora para Romney, va a concentrar sus esfuerzos en estados sureños donde los delegados se reparten proporcionalmente y su diana principal es el supermartes del 6 de marzo, cuando se celebran primarias y caucus en 11 estados, incluyendo algunos que le son favorables como Georgia, Oklahoma y Tennessee. Pero esa estrategia da alas a Romney para asentar su ventaja en febrero.

Este mismo sábado se celebran caucus en Nevada (donde en el 2008 ya se llevó el 51% de los votos). Y a finales de mes, el día 28, es también favorito en Arizona (otro estado con fuerte presencia de población mormona como él) y Michigan (donde nació y su padre fue gobernador).

Gingrich, que hasta ahora ha cimentado parte de su éxito en sus buenas actuaciones en los debates (aunque el último en Florida fue una excepción), solo tendrá opción de medir su oratoria a la de Romney en un debate en Arizona el día 22. Y el expresidente de la Cámara de Representantes puede dar por seguro que tanto Romney como Restore Our Future, el supercomité de acción política que le apoya, van a intensificar la campaña de ataques y desprestigio.

FINANCIACION "EXTRA" Los extremos a los que ha llegado la dinámica de anuncios negativos, sobre todo, son inéditos pese a la tradicional dureza de las lucha intestinas por la nominación. Y un factor determinante es el dinero invertido este año, "extraordinario en unas primarias" según ha dicho Ken Goldstein, presidente del grupo Kantar de análisis de medios de campañas.

Romney y Restore Our Future han pagado más de 10.000 anuncios en Florida y han dispuesto de casi siete millones de euros (tres del candidato y cerca de cuatro del grupo de apoyo). De las arcas de Gingrich y de Winning Our Future (el grupo que le apoya y donde el magnate de casinos Sheldon Adelson ha inyectado por ahora más de 7,6 millones de euros) han salido en Florida unos tres millones.

Más allá del desequilibrio monetario, la lucha que libran Romney y Gingrich es filosófica. "A efectos prácticos, él es un progresista y yo soy un conservador", ha dicho Gingrich.