Un grupo de beduinos de la península egipcia del Sinaí secuestró ayer a 25 trabajadores chinos de una fábrica de cemento para lograr la liberación de los cinco beduinos encarcelados entre el 2004 y el 2006 por su implicación en los atentados contra las ciudades balneario de Taba, Sharm el Sheik y Dahar, en el mar Rojo, en los que murieron 130 personas.

Los trabajadores chinos, técnicos e ingenieros, y un traductor fueron secuestrados cuando se desplazaban en autobús a la fábrica, en la zona de Lehfen, y están en una tienda cerca de una carretera que los beduinos cortaron hace tres días en señal de protesta. "No soltaremos a los ciudadanos chinos hasta que se atiendan nuestras peticiones para la liberación de los hijos del Sinaí", anunció un beduino del grupo de los secuestradores.

Los beduinos aseguran que la Junta Militar, que gobierna Egipto desde que hace un año dimitió el presidente Hosni Mubarak forzado por la revolución popular, ha reiterado que liberará a los cinco presos, pero no ha cumplido su promesa.

BUENA SALUD Los rehenes, según un responsable de la embajada china en El Cairo, están bien y ayer pudieron hablar por sus teléfonos móviles. Fuentes egipcias indicaron que las autoridades de El Cairo iniciaron ayer el diálogo con los ancianos de las tribus beduinas de la zona para intentar resolver el secuestro, después de que el embajador de China en la capital egipcia, Song Aiguo, solicitara la intervención de la Junta Militar.

El Sinaí, aislado y desértico, se ha convertido en una zona fuera de control desde que cayó el régimen de Mubarak. El Ejército y las fuerzas de seguridad no están presentes en amplias áreas de la península y se producen secuestros de inmigrantes, según diversas oenegés.