Pese a sus esfuerzos, Mitt Romney no ha logrado en el estado de Florida que le den públicamente su apoyo dos republicanos clave. Uno es Marco Rubio, el senador de origen cubano que muchos ven como el vicepresidente perfecto y, más aún, como potencial candidato presidencial en el año 2016. El otro es el exgobernador Jeb Bush, que tiene problemas con el tono intransigente y extremadamente duro que Romney ha adoptado en materia de inmigración.