El principal representante en el Tíbet del partido gobernante en China ordenó reforzar la seguridad en los monasterios budistas, donde desde febrero de 2009 se han producido 17 inmolaciones de monjes tibetanos, de los que 12 fallecieron, en protesta por la represión que vive su etnia, informó hoy la prensa oficial.

El secretario del Partido Comunista de China (PCCh) en el Tíbet, Qi Zhala, pidió además un aumento de los controles y la seguridad en la región autónoma después de que en los últimos días murieran civiles en unas protestas protagonizadas por la etnia tibetana, informó hoy el diario oficial "Global Times".

El secretario Qi pidió también un aumento de los controles en las carreteras, en un nuevo intento por frenar las protestas desencadenadas por dichas inmolaciones, ya que los manifestantes piden la devolución de los cadáveres de tres monjes inmolados.

Las fuerzas de seguridad aumentarán también las labores de registro e inspección para evitar la entrada de personas "que causen problemas" en la región autónoma, después de las protestas los días 23 y 24 de enero en la prefectura tibetana de Ganzi, de la vecina provincia china de Sichuan.

Organizaciones de derechos humanos condenaron la semana pasada la represión de estas protestas, en las que según sus datos fallecieron once manifestantes en dos comarcas distintas de la prefectura, cuando las autoridades cargaron contra la protesta pacífica.

Por su parte, las autoridades chinas aseguran que son tres los fallecidos en los altercados, en los que han participado cientos de ciudadanos y monjes de etnia tibetana que, según esta fuente, protagonizaron actos de violencia. El secretario Qi instó a los funcionarios locales que confieran importancia al mantenimiento de la seguridad y eviten incidentes de cualquier envergadura.

Tanto Washington como agencias de la ONU han expresado su preocupación por la situación en la región autónoma, blindada al exterior y a observadores internacionales desde 2008 después de que el ejército reprimiera unas protestas de la etnia tibetana contra la represión del gobierno chino.

El mismo rotativo oficial acusó ayer al Dalái Lama, el líder tibetano exiliado en la India, de instigar las últimas protestas, al no condenar la inmolación de los monjes, que antes de intentar prenderse fuego clamaron el regreso del líder religioso al Tíbet, ocupado por China en 1949.

"Las fuerzas extranjeras que promueven la independencia del Tíbet siempre han inventado rumores y distorsionado la realidad para desacreditar al gobierno chino en todo lo que concierne al Tíbet", señaló ayer por su parte el portavoz de la cancillería china Hong Lei.