Mientras los precandidatos republicanos airean los trapos sucios del rival en la pugna por conquistar el voto de Florida en las primarias de mañana, Barack Obama intensifica la campaña para hacerse con el favor hispano. En los últimos días funcionarios hispanos de alto rango del Gobierno han abandonado sus despachos en Washington y se han desplazado a Orlando para reunirse con líderes, comerciantes y empresarios, en su mayoría puertorriqueños.

El jueves pasado, fue la primera dama, Michelle Obama, la que se sumó a la campaña con una visita a Tampa, en el centro de Florida, donde retomó su defensa de la dieta saludable. Mientras tanto, las encuestas electorales no resuelven el empate con el que llegan los republicanos Mitt Romney y Newt Gingrich a las primarias de mañana, consideradas una etapa crucial en la carrera presidencial.