Un grupo de indignados permanece hoy encadenado a la entrada del edificio del Departamento de Finanzas de Dublín en protesta por el pago que hará hoy el Gobierno irlandés a los tenedores de deuda del nacionalizado Anglo Irish Bank. Como le obliga el rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se trata de un pago de 1.250 millones de euros que hará efectivo hoy el Gobierno irlandés.

Los manifestantes, apenas una docena, pertenecen al movimiento "Ocupar Dame Street", en referencia a la calle donde se ubica el Banco Central Irlandés (ICB), y han advertido de que su protesta podría mantener al citado edificio cerrado durante toda la jornada.

Su portavoz, Steven Bennett, explicó hoy a los medios que han utilizado candados, cadenas y cemento para dificultar la labor policial, que necesitará "horas e instrumental especial para romperlo". Varios efectivos de la Policía irlandesa (la Garda) están desplegados en la zona, pero, de momento, no han recibido órdenes para desalojarlos, informó un portavoz policial.

Un portavoz del Departamento de Finanzas indicó hoy a Efe que el controvertido pago de 1.250 millones de euros al Anglo se hará hoy efectivo a pesar de las protestas. Esa cantidad irá a parar a los bolsillos de los tenedores de deuda sénior "no garantizada" y "no asegurada", cuyo nivel de protección legal es superior al de la deuda subordinada y a la que el Ejecutivo dice que debe hacer frente para que pueda acceder en el futuro a financiación en el exterior.

Ante las críticas, el ministro de Finanzas, Michael Noonan, recordó hoy que no le queda otra opción más que pagar, pues de lo contrario, Irlanda no podría acceder en el futuro a financiación en el exterior.

"A nadie le gusta hacerlo", reconoció el ministro, al tiempo que culpó al anterior Gobierno de garantizar al comienzo de la crisis en 2008 todos los depósitos de los bancos irlandeses y de nacionalizar el Anglo Irish Bank.

El ministro de Justicia e Interior, Alan Shatter, insistió hoy en que la reputación del país está en juego, ya que si opta por una suspensión de pagos retrasaría su vuelta a los mercados de deuda. Nadie, dijo, prestará dinero al Estado, lo que también mantendría al Gobierno atado durante más tiempo al programa de ayuda de la Unión Europea y el FMI, cuantificado en 85.000 millones de euros.

"Cumpliendo con estas obligaciones enviamos un mensaje muy claro de que se puede confiar en nosotros para pagar nuestras deudas. Es parte de lo que tenemos que hacer para restaurar la reputación fiscal del país", declaró Shatter a la Radiotelevisión irlandesa (RTE).