La Unión Europea (UE) aprobó ayer un boicot gradual del petróleo iraní, y adoptó nuevas sanciones económicas para intentar frenar el programa nuclear de Teherán e impedir que el país pueda dotarse de una bomba atómica.

España, Italia y Grecia son los países más afectados por esta sanción sin precedentes, aprobada por unanimidad por el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE, ya que son los principales importadores de crudo iraní, mientras que la UE en su conjunto solo importa el 5,7% del petróleo de ese país.

El boicot al crudo iraní ha sido promovido por Gran Bretaña, Francia y Alemania, en cooperación con Estados Unidos.

A pesar de que los ministros europeos aseguraron que la decisión no tendrá ningún impacto negativo en la maltrecha economía europea, el precio del barril de crudo en el mercado de Londres subió ayer más de 1,5 dólares tras adoptarse la sanción, y el barril Brent del Mar del Norte se cotizó a 111,36 dólares. El encarecimiento del crudo mejorará la rentabilidad de las grandes compañías petroleras norteamericanas y británicas, que tienen los costes de extracción más altos que los países de Oriente Próximo.

La eficacia política de la sanción para forzar al Gobierno iraní a que someta a un estricto control internacional su programa nuclear está por demostrar, pero si la escalada de precios del crudo continúa podría agravar la recesión económica europea.

BLOQUEO PETROQUIMICO Las compañías europeas tienen prohibido firmar nuevos contratos para la importación de crudo o productos petrolíferos iraníes. Los contratos ya existentes podrán ejecutarse hasta el próximo 1 de julio. La Unión Europea decidió también prohibir las importaciones de productos petroquímicos iraníes, así como la exportación de equipamiento y tecnología de ese sector a Irán.

Los Veintisiete aprobaron además nuevas sanciones económicas contra Irán, en especial la congelación de los activos del Banco Central iraní en territorio europeo y una restricción parcial de sus transacciones con divisas para no perjudicar el "comercio legítimo" y el abono de interés de la deuda pública iraní.

España, cuyas importaciones han subido del 14,6% al 20% a causa de la crisis libia, será uno de los países más perjudicados por la sanción como reconoció el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

"Entendemos que la seguridad de la zona es prioritaria y, por tanto, estamos dispuestos a hacer este sacrificio", señaló García-Margallo al participar en su primer Consejo de Ministros de la Unión Europea.

Las principales compañías petrolíferas españolas --Repsol y Cepsa-- han asegurado que no tendrán dificultades en diversificar las fuentes de suministro cuando entre en vigor la prohibición para los contratos actuales, explicó García-Margallo.

PROMESAS DEL GOLFO "Arabia Saudí y los países del Golfo me han prometido que garantizarán suficiente producción y que mantendrán estables los precios del petróleo", añadió el ministro. Por ello, el boicot al crudo iraní no debería provocar un aumento del precio, ni perjudicar a la economía europea, añadió García-Margallo.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, también

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