La ONU evitó hoy pronunciarse sobre el fallecimiento la pasada semana del disidente cubano Wilman Villar a falta de conocer los "detalles concretos" del caso, pero aseguró que lamenta cualquier muerte derivada de una huelga de hambre, como fue la de este activista en la isla caribeña.

"No tenemos los detalles completos de este caso, pero cualquier muerte que sea el resultado de una huelga de hambre es naturalmente lamentable", dijo ante la prensa el portavoz del organismo, Martin Nesirky, en una escueta declaración tras ser preguntado por la opinión de Naciones Unidas ante la muerte el jueves de Villar.

Nesirky, que el viernes señaló a Efe que el secretario general, Ban Ki-moon, no planeaba emitir una reacción a la muerte de Villar, evitó hoy añadir comentarios sobre el fallecimiento del activista de 31 años, al que muchos compararon con Orlando Zapata, otro preso político cubano que falleció en febrero de 2010 tras un largo ayuno.

Wilman Villar era miembro de la Unión Patriótica de Cuba y murió el pasado jueves en un hospital de Santiago de Cuba tras una huelga de hambre que inició en prisión tras ser condenado en noviembre pasado a cuatro años de cárcel por delitos de desacato y atentado a la autoridad.

Numerosos países, como Estados Unidos, Alemania, Chile o España, han condenado la muerte del disidente y han pedido la liberación de los presos políticos en la isla caribeña, mientras que el Gobierno de Raúl Castro definió al fallecido como un "recluso común" y negó que estuviera en huelga de hambre y que fuera un disidente.

Además, las autoridades castristas han denunciado la existencia de una campaña para "satanizar" a Cuba a partir de lo que han calificado de "deliberada manipulación" de la muerte de Villar.