Los chilenos discuten por estas horas el origen de la palabra nana , con la que se designa a la empleada doméstica con cama, toda una institución de los hogares. Unos dicen que proviene de nanny : así se llama la niñera en las casas acomodadas de habla inglesa. Nanas, precisan otros, son las canciones de cuna con las que se duerme a un niño. Ñaña , en cambio, proviene del quechua, una de las lenguas originarias andinas, y quiere decir hermana o mujer mayor, en cierto sentido, la que cuida a otro. En lo que no parece haber gran desacuerdo es en el lugar social que le ha asignado a la nana un país de fuerte matriz clasista. Lugar que, a veces, orilla el apartheid , según el portal El Mostrador.

La pasada Navidad, el club Las Brisas de Chicureo, una localidad al norte de Santiago, donde se concentran parte de las urbanizaciones más lujosas, prohibió a las nanas acceder al perímetro de la piscina sin el tradicional uniforme a cuadros o usufructuar sus instalaciones.

Denuncia insólita

Días atrás, el canal Chilevisión se hizo eco de una denuncia insólita. Felisa Pinto, empleada do- méstica de la familia de un empresario naviero que vive en el condominio El Algarrobal II de Chicureo, presentó un recurso judicial por discriminación. El reglamento de copropietarios impide que las nanas, así como los jardineros, obreros o cualquier trabajador temporal, entren a pie en la urbanización. Un bus los reparte mansión por mansión. Felisa encontró absurdo y ofensivo no poder ir a pie. Solo debe recorrer 100 metros.

Inés Pérez Concha, honorable vecina de El Algarrobal II, de 28 años, explicó a Chilevisión las razones de los dueños: "Aquí la única obligación que tiene mi nana es entrar a las ocho y media de la mañana. Al retirarse a las seis de la tarde lo tiene que hacer en un furgón". El posesivo "mi" sonó en su boca con un fuerte sentido de propiedad. "¿Te imaginas todas las nanas caminando para afuera, a todos los obreros por la calle, y tus hijos ahí, en bicicleta?", agregó.

Las redes sociales ardieron. Chile está convulsionado desde principios del año pasado. Las protestas estudiantiles han irrumpido como un punto de inflexión político y cultural. Las generaciones que crecieron en democracia ya no toleran el legado de la dictadura y, mucho menos, los criterios de jerarquía y abolengo que el pinochetismo profundizó.

La actriz Javiera Díaz de Valdés se ha bañado en la piscina de Las Brisas de Chicureo con el trajecito de cuadros, en solidaridad con sus tradicionales usuarias. Los mismos jóvenes que reclaman una educación gratuita y de excelencia llamaron a marchar hacia El Algarrobal II, todos vestidos de nanas y obreros, bajo el lema No más discriminación . Tras el escándalo, el patrón de Felisa Pinto, la nana rebelde, acaba de cederle ante un notario el derecho a "caminar libremente por el condominio".