Tres personas han muerto y 40 han resultado heridas al encallar un crucero con 4.200 personas a bordo cerca de la isla italiana de Giglio, en aguas de la región de Toscana, la noche del viernes, según fuentes de la Capitanía del puerto de la localidad, que ha cifrado en unos 70 los desaparecidos, informa Rossend Domènech.

Los fallecidos, cuyos cadáveres se han recuperado, son un miembro de la tripulación de nacionalidad peruana y dos turistas franceses. Los cuerpos de las tres víctimas se encuentran en la cámara mortuoria de Orbetello, cercana al puerto de Santo Stefano, en tierra firme, y según los primeros exámenes médicos, según medios italianos, habrían muerto ahogados.

El Costa Concordia, que efectuaba un crucero por el Mediterráneo, salió de la ciudad costera italiana de Savona y tenía escalas previstas en Civitavecchia, Palermo, Cagliari, Palma de Mallorca, Barcelona, Marsella y regreso a Savona, según una nota de la compañía naviera.

Un total de 177 españoles viajaban en el crucero naufragado anoche, según la compañía naviera Costa Cruceros, propietaria del barco. En el barco, el Costa Concordia, había además, entre el total de 3.216 viajeros, 17 argentinos, 10 colombianos, 10 chilenos y 46 brasileños, informó la compañía. El embajador de España en Italia, Alfonso Lucini, ha confirmado que "ningún español se encuentra ingresado en ningún hospital" de la zona, pero ha reconocido que "no se ha podido constatar aún si hay desaparecidos entre los españoles" y que para ello se dispone a revisar la lista de pasajeros españoles que viajaban en el crucero.

Esta madrugada, pocas horas después del naufragio, un español, natural de A Coruña (Galicia), llamó al consulado para informar de lo ocurrido y señalar que formaba parte de un grupo de 12 españoles --seis parejas-- que participaban en el crucero por el Mediterráneo y que todos estaban bien, según han precisado fuentes consulares.

El español ha contado que no llegaron a caer al agua, que fueron rescatados desde el interior del barco y trasladados a la isla de Giglio. Hoy serán trasladados a un hotel de Roma. El viajero español ha agregado que en el crucero al menos unas 200 personas hablaban español, pero que desconocía cuántas eran españolas y cuántas latinoamericanas.

Escenas de pánico

Dos horas después de salir de Civitavecchia, hacia las 21.30 hora local (20.30 GMT), cuando el buque se encontraba en las cercanías de la isla de Giglio y la mayoría de los pasajeros cenaban, se ha ido la luz y se ha sentido un golpe y un gran estruendo, han relatado después los náufragos a los medios italianos.

Aunque los pasajeros han sido advertidos por el capitán de que se trataba de un problema eléctrico, se han percatado de que la nave se estaba inclinando y poco después han sido instados a ponerse el chaleco salvavidas, a subir al puente y situarse ante las lanchas de emergencia.

Cuando los allí reunidos se han dado cuenta de que no se trataba de un problema eléctrico y que estaba entrando agua en el buque, se han vivido escenas de pánico y empellones a la hora de embarcar en las lanchas salvavidas y en las patrulleras de los bomberos de Civitavecchia y de Livorno que han ido trasladando a los pasajeros a la isla de Giglio.“Parecía estar en un film”, explican algunos pasajeros que han mantenido el buen humor a pesar de la tragedia.

Alojados en la iglesia

El párroco de Giglio ha tenido que abrir las puertas de la iglesia de San Lorenzo y Massimiliano, en ausencia de otros albergues disponibles para los náufragos. Mujeres elegantemente vestidas con los zapatos de tacón en la mano, niños llorando y personas somnolientas tumbadas en el suelo componen el cuadro de la parroquia.

La isla de Giglio es demasiado pequeña para hospedar a 4.200 personas por lo que la región de Toscana a la que pertenece ha activado un plan de socorro para que los náufragos sean transportados al elegante puerto de Santo Stefano.

La compañía Costa Cruceros propietaria del crucero Costa Concordia ha asegurado que todavía "no es posible definir la causa del problema ocurrido".

Resultados de las primeras investigaciones

Al parecer, según la primera reconstrucción, el barco pasó por encima de unos islotes, lo que provocó desgarros a ambos lados de unos 40 metros de longitud. Los servicios de emergencia están rastreando el interior del barco en búsqueda de eventuales atrapados. El gigantesco crucero se encuentra ahora inclinado de 70 grados y no se hunde porque está apoyado en el fondo de una zona del mar a la que no debía de haberse acercado y que tiene unos 16 metros de profundidad.

El comandante de la nave está siendo interrogado en la Capitanía del puerto y deberá explicar por qué el crucero se había aproximado tanto a la isla, ya que, según el plan de navegación, debía atravesar el canal entre Argentario y la isla a cinco millas de la costa. La isla del Giglio se encuentra a 16 km de tierra firme (8,6 millas náuticas). “O se trata de un error gravísimo o han fallado los instrumentos de bordo”, afirman fuentes cercanas a los investigadores, que han abierto dos sumarios, uno penal y otro administrativo.

Un portavoz de la Capitanía de Livorno, situada más al norte del lugar del accidente, ha explicado que en aquella zona no existen rutas marítimas establecidas, por lo que podría haberse tratado “de una avería instrumental”.

La mayoría de los heridos presentan fracturas a causa de la caída al mar y otros principios de hipotermia por la permanencia en el agua.

Las primeras reconstrucciones señalan también que, al principio del accidente, el momento de emergencia se superó sin demasiadas consecuencias, pero que fue durante la evacuación que “algo no funcionó”, según las autoridades que se encuentran en el lugar.

A la una de la madrugada, el armador del crucero informó que “la inclinación de la nave estaba complicando las últimas operaciones de desembarque”. A medida que la nave se iba inclinando hacia un costado, numerosos pasajeros cayeron al agua y otros se tiraron a ella. Los relatos de varios pasajeros dan a entender que en aquellos momentos una parte del personal dio muestras de no saber muy bien cómo comportarse.