Mario Monti ha presentado, con dos horas y medio de retraso respecto a la hora prevista, el 63º Gobierno de la República italiana, formado por 12 ministros (incluido el propio Monti) con cartera y cinco sin ella, todos ellos de perfil técnico. "La ausencia de políticos no constituirá una dificultad, sino al contrario, facilitará el trabajo", ha dicho el jefe del Ejecutivo tras aceptar el cargo de primer ministro ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano. El retraso imprevisto ha sido debido, según ha explicado el nuevo primer ministro, a la unificación de los viejos ministerios de Desarrollo e Infraestructuras y la reserva, otorgada para sí mismo y de forma provisional, de las carteras de Economía y Hacienda.

El nuevo Ejecutivo italiano, que sucede al de Silvio Berlusconi, comprende tres mujeres en cargos importantes como Interior, Justicia y Bienestar Social. Entra también Corrado Passera, consejero delegado de Intesa-San Paolo, segundo banco del país, lo que según el nuevo jefe del Gobierno debería favorecer las futuras medidas para estimular el crecimiento económico. Passera es el nuevo ministro de desarrollo económico, industria y transportes. El nuevo primer ministro, de 68 años, justifica el reagrupamiento de estas tres carteras por la "lógica" de coordinar iniciativas para el crecimiento económico.

Otros ministerios han sido confiados a tecnócratas experimentados. El ministro de Exteriores será el embajador Giulio Terzi di Sant'Agata; el de Defensa, el almirante Giampaolo di Paola, y la de Interior, Anna Maria Cancellieri. Corrado Clini, director general del Ministerio de Medio Ambiente durante los últimos 10 años, es el nuevo ministro del área.

En referencia al nerviosismo de los mercados, que durante la espera de la formación del Gobierno llevaron el diferencial con los bonos alemanes a 526 puntos básicos e intereses a 10 años al 7,25%, Monti ha dicho que espera "una mayor tranquilidad del clima". "La esperanza es que contribuyan a ello la brevedad de los plazos en la formación del Ejecutivo y la atención a la calidad de las decisiones tomadas sobre los ministros", ha manifestado. Nunca en Italia se había procedido con tan poco tiempo a la dimisión de un gobierno y su sustitución por otro.

Este miércoles por la tarde los nuevos miembros del Ejecutivo prestarán juramento y se reunirán en Consejo de Ministros. Y este jueves Monti presentará el programa en el Senado. Hasta entonces, el nuevo jefe del Ejecutivo no ha querido desvelar ningún detalle sobre el programa de emergencia, que deberá comprender drásticas medidas de austeridad, reformas estructurales y la introducción de nuevos impuestos, entre ellos una tasa sobre el patrimonio.

"Estamos satisfechos", han comentado tanto los líderes conservadores como progresistas, que se han comprometido a apoyar con sus votos el programa del Gobierno de emergencia, prefiriendo no entrar en el mismo. Monti habría deseado por lo menos la presencia de dos ministros de los partidos, para afianzar su fuerza, pero no lo ha conseguido, a causa de los vetos cruzados entre las formaciones políticas. Insistir en introducir algún político "habría sido embarazoso", ha dicho Monti, refiriéndose a estos años pasados. "Espero que las fuerzas política estén saliendo de una fase dialéctica muy vivaz, como para apoyar este Gobierno sin formar parte del mismo", ha agregado.

"He recibido señales estimulantes de los socios europeos", ha comentado Monti al presentar el nuevo Ejecutivo, que también incluirá a cinco ministros sin cartera: Asuntos Europeos, Turismo y Deportes, Cohesión Territorial, Relaciones con el Parlamento y Cooperación Internacional. Este último será ocupado por Andrea Riccardi, principal fundador de la comunidad católica de san Egidio. Respecto al Gabinete de Berlusconi, que contaba con 23 ministros, el nuevo Ejecutivo tendrá 17. Faltan por nombrar los viceministros, que serían menos de 20, contra los casi 40 anteriores.

Monti recogió entre el lunes y el martes el beneplácito de todas las fuerzas políticas, sindicatos, empresarios, la banca y de los colectivos de jóvenes y mujeres, y sobre todo el importante respaldo de la formación de Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL). El nuevo presidente designado del Ejecutivo italiano quiere que su Gobierno llegue al final de la legislatura en el 2013 para disponer del tiempo necesario para realizar las reformas económicas necesarias.