Los rebeldes libios han asegurado este viernes que están dispuestos a observar un alto el fuego con condiciones. Los insurgentes reclaman,entre otras cosas, que las tropas leales a Muamar Gadafi levanten el sitio al que tienen sometidas algunas ciudades del este de Libia y permitan a la población expresarse libremente. Han advertido, sin embargo, que no renunciarán a su principal exigencia, que es que el coronel y su familia abandonen el país.

El anuncio lo ha hecho público el presidente del Consejo Nacional Transitorio Interino en Bengasi, feudo de los insurrectos, Mustafa Abdel Jalil, que también ha reclamado la salida de los mercenarios procedentes de diversos países africanos que combaten junto a las tropas de Gadafi. "No tenemos ninguna objeción a un alto el fuego, pero con la condición de que los libios de las ciudades del este del país tengan total libertad para expresar sus puntos de vista", ha insistido Abdel Jalil en una rueda de prensa conjunta con el enviado especial de la ONU a Libia, Abdelilah al Khatib. "Y no puede haber un alto el fuego mientras haya mercenarios y soldados en los tejados", ha añadido.

La posibilidad de que se alcance un alto el fuego ha sido discutida este viernes entre los líderes de la rebelión libia con el enviado especial de la ONU, que previamente hizo unas consultas parecidas con las autoridades del Gobierno de Trípoli. Al Khatib tiene previsto trasladar los puntos de vista de ambas partes a la ONU para que los estudie y se posicione.

Si no se cumplen las condiciones del alto el fuego, "que la gente del centro y del oeste del país sepa que la revolución irá hacia ellos", ha advertido el dirigente rebelde.

Abdel Jalil ha repetido sus demandas a la comunidad internacional para que suministre armas a los rebeldes para poder hacer frente en igualdad de condiciones a las tropas de Gadafi y para repeler los ataques gubernamentales a la población civil.

Cambio de estrategia

Mientras, a 225 kilómetros de Bengasi, a las puertas de Brega, los rebeldes y las tropas fieles a continúan los combates, según ha confirmado el portavoz militar de los rebeldes, el coronel Ahmad Omar Bany. A raíz de los reveses que han sufrido esta semana los insurrectos, que el lunes estaban a las puertas de Sirte, ciudad natal de Gadafi, y que en días sucesivos perdieron el control de las ciudades de Ben Jawad y Ras Lanuf tras la fuerte ofensiva gadafista, la insurgencia ha decidido replantear su estrategia.

Así, los rebeldes han situado a profesionales del Ejército en la primera línea de batalla para enfrentarse a las fuerzas gubernamentales, mientras qeu las milicias de voluntarios permanecen ahora en la retaguardia.

Si Brega cae en manos de las tropas gadafistas, su siguiente objetivo sería Ajdabiya, una ciudad estratégica ya que de ella sale una carretera que conecta directamente con Tobruk, al este de Bengasi, sin pasar por esta última ciudad, por lo que es clave para aislar la capital rebelde.

En previsión de que eso ocurra y por el temor a nuevos ataques, cientos de habitantes de Ajdabiya, a 65 kilómetros de Brega, han abandonado la ciudad./p> La climatología frena los bombardeos

Mientras, el mal tiempo está perjudicando las operaciones aéreas de la coalición internacional, según ha revelado el responsable de las fuerzas estadounidenses, Mike Mullen. "El mayor problema que hemos tenido en los últimos tres o cuatro días ha sido el tiempo", ha señalado para explicar la reducción de los bombardeos aliados. "Ello ha reducido, que no eliminado, la eficacia" de los ataques aéreos, que en ocasiones no pueden "ver los blancos con precisión".

Los rebeldes están a la espera de que se retomen esos bombardeos para recuperar el terreno perdido y avanzar hacia Trípoli. Mullen ha culpado a las condiciones meteorológicas del avance que han logrado las tropas gadafistas y del repliegue de los rebeldes.

En el frente diplomático, Guido Westerwelle, ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, de viaje en China, ha señalado que el conflicto no se solucionrá por la vía de las armas sino por la vía diplomática y ha pedido a Gadafi un alto el fuego. "La situación en Libia no se puede resolver con medios militares. Solo puede haber una solución política y debemos impulsar ese proceso político", ha opinado.