La OTAN rechazó ayer armar a los rebeldes libios como han planteado algunos países aliados para intentar reequilibrar las fuerzas en el campo de batalla y aseguró que hará respetar por vía marítima el embargo de venta de armas al país decretado por la ONU, incluso si van destinadas a los rebeldes que luchan contra las fuerzas del régimen de Muamar Gadafi.

"La OTAN actúa para proteger a la población civil libia, no para armar a la gente", afirmó el secretario general de la organización, Anders Fogh Rasmussen. "Vamos a hacer respetar el embargo de armas a Libia, incluso si van destinadas a los rebeldes", aseguró el presidente del comité militar de la Alianza Atlántica, el almirante Paolo Di Paola. "Si hay un buque que transporta armas o mercenarios, lo interceptaremos", advirtió Di Paola. "Confío en que ningún país intente hacerlo", añadió el jefe del estado mayor aliado.

"SOLUCION POLITICA" Estados Unidos y Gran Bretaña han evocado la posibilidad de reforzar con armamento a los rebeldes que luchan contra Gadafi, pero la mayoría de los países aliados se ha mostrado hasta ahora su oposición a la propuesta. La Alianza Atlántica insistió en que "no hay una solución militar a la crisis libia", sino que esta tiene que ser "política". "La OTAN no va a decidir el futuro de Libia, eso es algo que solo puede decidir el pueblo libio", afirmó Di Paola.

La OTAN asumió ayer a las ocho de la mañana (hora española) el mando efectivo de todas las operaciones militares en Libia, incluidos los ataques contra objetivos terrestres de las fuerzas de Gadafi, que hasta ahora coordinaba EEUU en nombre de la coalición internacional.

La Alianza Atlántica insistió en que su actuación será "imparcial" para proteger a "toda" la población civil y las áreas pobladas de "ataques o amenazas de ataque", sean del bando que sean. "Hasta ahora los ataques solo han procedido de un bando, las fuerzas de Gadafi", recordó el almirante Di Paola.

14 PAISES ALIADOS En las operaciones militares en Libia participan de momento 14 países aliados y siete países que no forman parte de la Alianza Atlántica (como los Emiratos Arabes Unidos o Qatar), que aportan en total unos 200 aviones y una veintena de buques. España, al igual que Holanda y Turquía, no participará en las misiones que impliquen ataques a objetivos terrestres en Libia. España contribuye a las operaciones aliadas con cuatro cazas F-18, un avión de reabastecimiento, una fragata y un submarino.

En EEUU el debate político sobre la intervención no cesa y las críticas tanto de republicanos como de demócratas arrecian. Por segundo día consecutivo, el secretario de Defensa, Robert Gates, compareció ayer en el Congreso para seguir dando explicaciones a puerta cerrada sobre la misión. El jefe del Pentágono afirmó que los rebeldes necesitan "entrenamiento" aunque dejó claro que hay otros países de la coalición internacional que podrían asumir esa función.

LA CIA Un día después de que se hubiera filtrado que, supuestamente, el presidente estadounidense, Barack Obama, había firmado una orden secreta que autoriza el envío de armas y dinero a la oposición de Gadafi --aunque, al parecer, la decisión todavía no se ha concretado-- el debate público en EEUU sigue centrado en si armar o no a los rebeldes. Gates reiteró ayer que mientras continúe en el cargo no habrá tropas estadounidenses en Libia, sin embargo, no confirmó ni desmintió la presencia de agentes de la CIA.

En la misma comparecencia ante el Congreso, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Mike Mullen, reconoció que Washington estudia armar a los rebeldes, y subrayó que gracias a la operación Odisea al amanecer se han limitado las capacidades de defensa de Gadafi. Sin embargo, Gates reconoció que, a pesar de los avances, las fuerzas leales al régimen de Gadafi siguen superando a los rebeldes en un ratio de 10 contra uno.

AUGURIOS Eso sí, el jefe del Pentágono vaticinó que será solo cuestión de tiempo que Gadafi termine renunciando al poder, aunque no se atrevió a hablar de un calendario concreto. "Nadie puede predecir cuándo", afirmó Gates, quien en todo caso insistió en que las capacidades militares del régimen continúen "degradándose" día tras día y que llegará un momento en que se produzcan "fracturas" en el mando militar libio.