Visto que las tareas para refrigerar los reactores de la central nuclear de Fukushima, muy dañados tras el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo, no acaban de dar resultados y que los niveles de radiactividad en la zona son muy altos, el Gobierno de Japón ha advertido a las más de 200.000 personas que viven a menos de 20 kilómetros de la central y que se encuentran en centros de refugiados desde que ocurrió la catástrofe de que no podrán regresar a sus hogares en mucho tiempo. El portavoz del Ejecutivo, Yukio Edano, ha señalado que aunque el objetivo de las autoridades es controlar "lo antes posible" la situación en la central, los vecinos no podrán volver a la zona "ni en días ni en semanas". "Será más largo que eso", ha señalado Edano. Más de 200.000 personas fueron evacuadas en los primeros días de la crisis nuclear en un radio de 20 kilómetros en torno a la central, mientras que a aquellos que viven a entre 20 y 30 kilómetros el Gobierno les animó a dejar la zona ante las dificultades para hacerles llegar alimentos y productos básicos. Agua contaminada y altas temperaturas Mientras, operarios de la eléctrica Tepco, militares y expertos trabajan sin descanso para controlar la temperatura de cuatro de las seis unidades de la central de energía atómica. El elevado nivel de radiación, especialmente en pozas de agua contaminada detectadas en zonas de los edificios de turbinas, complican las operaciones, de las que se desconoce el estado después de que a principios de esta semana se supiera que se habían detenido en algunas unidades a causa de la elevada radiactividad. Responsables de Tepco, la empresa encargada de la gestión de la central de Fukushima, han informado este viernes de que se hallado niveles de radiación 10.000 veces superiores a los límites legales en aguas subterráneas de las instalaciones, una cifra que han reconocido que es "extremadamente alta". Expertos franceses y marines de EEUU Para intentar frenar el aumento de las emisiones de la central, Japón cuenta con la ayuda de expertos de la empresa estatal francesa Areva, uno de los mayores grupos de energía nuclear del mundo. Por su parte, el Ejército de Estados Unidos enviará en breve a la zona una unidad de los Marines especializada en emergencias nucleares, según ha anunciado el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Autodefensa Japonesas, Ryoichi Oriki. El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, ha aprobado el envío de la Fuerza de Respuesta a Accidentes Químicos y Biológicos, compuesta por 140 efectivos. Estos están entrenados para operaciones de búsqueda y rescate y para limpiar materiales contaminados con radiación elevada. Hasta ahora las fuerzas estadounidenses han aportado una barcaza capaz de transportar grandes cantidades de agua dulce, que se utiliza para refrigerar los malogrados reactores de la central de Fukushima, así como a varios expertos en energía nuclear.