Las manifestaciones en varias ciudades del país son reprimidas duramente. Cuatro manifestantes mueren y cientos son heridos.

Con decenas de detenidos y muertos, la UE y EEUU condenan la "violenta represión" y avalan la legitimidad de los manifestantes.

El régimen, para calmar los ánimos, levanta el estado de excepción vigente desde 1963 pero sigue la violenta represión.

En otro intento de contener al pueblo, el presidente, que saca a la calle a sus defensores, avala la dimisión del Gobierno en pleno.