Los seguidores de Alassane Quattara, reconocido por la comunidad internacional como el presidente electo de Costa de Marfil que no puede ejercer por la negativa de Laurent Gbagbo de abandonar el cargo tras las elecciones de noviembre, concluyeron ayer que han agotado "todos los medios pacíficos". Una declaración de principios nada halagüeña que confirma que el país del Africa occidental se encamina a una guerra civil abierta. Los seguidores de Quattara ya se han hecho con el control de siete importantes ciudades, incluida la capital, Yamusukro. Intensos combates se libran en la capital económica, Abiyán.

La ONU alerta de la gravedad de la situación para miles de desplazados en el oeste del país, sin acceso a ayuda. Las personas que se encuentran en esta situación se cuentan por decenas de miles y las oenegés humanitarias están desbordadas. Abiyán se está quedando desierta porque miles de marfileños huyen hacia otras zonas del país.

Laurent Gbagbo, en el poder desde el 2000, se negó a reconocer su derrota en las urnas y, en diciembre, estallaron los enfrentamientos.