El presidente sirio, Bachar al Asad, se dirigirá hoy por primera vez a la nación desde el estallido el pasado día 18 de unas protestas en favor de la introducción de reformas democráticas en las que han muerto más de cien personas. En su intervención, se espera que Al Asad, en el poder desde el año 2000, anuncie el levantamiento de la Ley de Emergencia vigente desde 1963. La supresión de esta ley, que fue impuesta tras el golpe de estado que llevó al omnipresente partido Baaz al poder, es una de las principales demandas de los manifestantes, así como la introducción de mayores libertades políticas. Bajo esta ley, que otorga especiales poderes a las fuerzas de seguridad, se puede interrogar a cualquier individuo sospechoso de poner en peligro la seguridad nacional, controlar las comunicaciones privadas e imponer la censura a los medios de comunicación. Asimismo, también se cree que Al Asad podría anunciar la supresión de varios artículos constitucionales, entre ellos los que estipulan que el partido Baaz es el partido gobernante. El discurso se produce un día después de la renuncia del Gobierno de Mohamed Nayi Otri, nombrado jefe del Ejecutivo en 2003, en una jornada en la que el régimen organizó manifestaciones multitudinarias en las principales ciudades del país. La intervención de Bachar al Asad tiene también lugar tras la introducción de varias para intentar frenar las protestas, como la puesta en libertad de presos políticos, el incremento de los sueldos de los funcionarios o la reducción de los impuestos sobre la renta. En los últimos días, más de cien personas, incluidas decenas de activistas de la oposición, han muerto en Siria por una serie de protestas públicas exigiendo reformas políticas, según datos de organismos humanitarios y fuentes de la oposición. El régimen de Damasco, que sostiene que los muertos son una treintena, acusa a manos extranjeras no identificadas de fomentar estas protestas para crear una inestabilidad que ha afectado en las últimas semanas a otros países de la región.