Los rebeldes han acelerado su ofensiva contra los gadafistas que huyen en desbandada y ya combaten en Ras Lanuf, según informaron a EFE fuentes rebeldes en Briga, donde aseguraron que alcanzarán esta noche Ben Yauad, el punto mas al oeste donde fueron rechazados el pasado 6 de marzo. Las columnas rebeldes han lanzado, con el apoyo de la aviación aliada, una ofensiva en toda regla y no han encontrado oposición alguna hasta Ras Lanuf, la terminal petrolera donde los gadafistas emplean sus lanzacohetes para neutralizar el avance revolucionario, que ha recorrido 200 kilómetros en apenas 36 horas. En el punto donde los milicianos reciben sus aprovisionamientos y se abastecen de municiones, situado entre la zona residencial y el enclave petrolero de Briga, las fuentes consultadas por EFE señalaron que hasta Briga no habían encontrado oposición alguna. Los restos desperdigados de la impedimenta de las tropas gadafistas daban cuenta de su precipitada huida y hasta Ras Lanuf el avance mantuvo todo su ímpetu. Allí fue donde el pasado 12 de marzo, los gadafistas mostraron su reconquista e iniciaron la contraofensiva que les condujo hasta las inmediaciones de Bengasi, la capital rebelde y donde fueron detenidos por los aviones de la coalición internacional. Los restos de camiones y blindados calcinados en la carretera que conduce desde Ajdabiya a Briga denotaban la precisión de los impactos de la aviación, pues nada alrededor de los blancos alcanzados presentaba muestras de combates, ni restos que no fueran de los vehículos destruidos o cráteres. El acceso oeste de Ajdabiya era el único lugar que sí presentaba los rastros característicos de los enfrentamientos en tierra y el fuerte olor a quemado aún espesaba el aire. Saled Farad, dijo a EFE, que los rebeldes llegarán esta noche a Ben Yauad, a medio camino entre Ras Lanuf y Sirte, el feudo natal de Gadafi y donde puede decidirse la suerte del régimen libio. "Briga está limpia", explicó el rebelde que añadió que "los gadafistas en Ras Lanuf están empleando los lanzacohetes". Este ingeniero, con tres hijos en el frente y un cuarto que regresa hoy de Estados Unidos para sumarse a la lucha, dijo "damos las gracias a Sarkozy". Un niño de no más de 15 años, con su fusil en ristre, Yima Atia manifestó por su parte "mis padres estás orgullosos de mi. No tengo miedo". Para este pequeño rebelde "Libia es una familia y Gadafi no tiene familia". A primeras horas del día el camino de Bengasi a Ajdabiya se convirtió en una suerte de peregrinación de vehículos con familias al completo que se detenían para hacerse fotos junto a los carros de combate calcinados y las celebraciones eran igual de estruendosas que cuando los rebeldes mantenían la iniciativa militar. Las gasolineras presentaban largas colas de vehículos para repostar mientras algunos coleccionistas hacían acopio de cualquier resto de la maquinaria bélica gadafista destruida en los ataque aéreos. Un lanzacohetes destruido, carros de combate y blindados de transporte alcanzados eran los rastros más visibles del castigo aéreo y el lugar de encuentro de jóvenes revolucionarios que bailaban con sus fusiles de asalto, ataviados con prendas militares, pañuelos palestinos y banderas monárquicas.