Centenares de personas expresaron hoy en la plaza de los juzgados de Bengasi, capital rebelde de Libia y epicentro de la rebelión, su agradecimiento a la coalición internacional por imponer una zona de exclusión aérea sobre el país. Los manifestantes, en su totalidad hombres, acudieron a la plaza pertrechados con banderas tricolor -rojo, negro y verde- de la época monárquica y con enseñas de Francia, de la Unión Europea y de Egipto, entre otras. Desde luego, el color de moda en Bengasi es la combinación de esos tres, que algunos manifestantes exhibieron hoy con diversos estilos en sus ropas, gorras y en las caras pintadas de los niños. "Queremos solidarizarnos con las ciudades de Misrata, Zintan y Al Zauiya, que han sido objeto de ataques de las fuerzas de Gadafi", dijo a Efe el profesor de gimnasia Fares al Sahen, de 27 años, que acudió a la protesta acompañado de su sobrino Nadi de 10 años, que llevaba una enorme bandera tricolor. Además, Al Sahen señaló que fue a la manifestación para dar las gracias a los presidentes de EEUU, Barack Obama, y de Francia, Nicolas Sarkozy, y al primer ministro británico, David Cameron, por su iniciativa a la hora de decidir la imposición de una zona de exclusión aérea. "Estamos muy contentos por la intervención aérea internacional, pero deben continuar los bombardeos contra las fuerzas de Gadafi en Misrata y Zintan", agregó. Como viene siendo habitual, la protesta comenzó tras una multitudinaria oración musulmana del viernes en la plaza, donde se encuentra la sede del Consejo Nacional Transitorio Interior, que "gobierna" en las zonas rebeldes de Libia. El encargado de pronunciar el sermón de este viernes fue el jeque, Anis al Lifsiyi, presidente de la Unión de Ulemas, que fue varias veces interrumpido por los aplausos de los fieles que gritaban "allahu akbar" (dios es grande). Al Lifsiyi expresó el agradecimiento de los libios a la postura árabe y de Francia, y dio las gracias a la comunidad internacional por la zona de exclusión aérea. Asimismo, remarcó que "la revolución es del pueblo" y rechazó las acusaciones de Gadafi de que extremistas islámicos estén detrás de las revueltas. Los manifestantes, algunos de los cuales llevaban kufiya (pañuelo palestino) en la cabeza, cantaron lemas como "Libia libre, Gadafi fuera", "la sangre de los mártires no va a ser en vano" y "levanta la cabeza, Libia libre", bajo el sol que hoy lucía en Bengasi. Uno de los puntos que más expectación creó en la plaza, que está situada junto al Mediterráneo, era una mini-exposición de objetos arrebatados por los rebeldes a los seguidores de Gadafi durante los enfrentamientos de la semana pasada en Bengasi. Municiones, armas y medicamentos como una caja de viagra, que aseguran que estaban en poder de los gadafistas, se enseñaban ante un numeroso público en pleno centro de la plaza. "Gadafi dice que los rebeldes tomamos drogas y viagra, pero esto es lo que llevaban sus soldados", indicó señalando indignado la caja del viagra Magdi, uno de los jóvenes revolucionarios, ataviado con uniforme militar y con un fusil. La muestra está acompañada por un mural de dos metros con tiras cómicas de Gadafi donde el líder libio aparece retratado como un demonio en una de las viñetas. Para Mohamed, un empresario que no quiso dar su nombre completo el comportamiento de Gadafi "es intolerable y este país ha estado secuestrado por él durante cuarenta años". "La única solución es una intervención militar extranjera contra Gadafi -subrayó Mohamed-. Él ha empleado mercenarios contra su propia gente, está loco, cree que es la única institución del país".