La campaña sostenida de bombardeos aliados no logra frenar el ímpetu de las tropas de Muamar el Gadafi, que ayer volvieron a castigar con fuerza varias ciudades rebeldes y causaron decenas de víctimas civiles. En medio de las disensiones internacionales sobre los objetivos de la operación, la cuestión del mando militar parece haber quedado resuelta. EEUU, Gran Bretaña y Francia alcanzaron ayer un acuerdo para que la OTAN tenga una papel "clave", según anunciaron anoche Washington y París. El acuerdo llegó tras una serie de contactos telefónicos entre los mandatarios de los tres países, Barack Obama, David Cameron y Nicolas Sarkozy. La estructura de mando de la Alianza coordinará las operaciones en Libia.

Los ataques aéreos de la coalición evitaron la caída de Bengasi, el feudo de la rebelión, pero no parecen haber debilitado de forma significativa la capacidad militar de Gadafi, ni han permitido a los rebeldes recuperar la iniciativa. Las fuerzas leales al régimen bombardearon ayer con armamento pesado la ciudad rebelde de Zintan, en el oeste de Libia, y causaron al menos 10 muertos. Los tanques de Gadafi también bombardearon la ciudad rebelde de Misrata, a 200 kilómetros al este de Trípoli, y causaron varios muertos, entre ellos cuatro niños. Otros combates violentos se registraron en la