Los embajadores de los países de la OTAN están hoy reunidos en Bruselas por quinto día consecutivo para tratar de superar sus diferencias y aclarar el papel que la Alianza desempeñará en la operación internacional en Libia. El Consejo Atlántico, el órgano decisorio de la OTAN, debe decidir si finalmente los aliados se hacen cargo de la dirección de la zona de exclusión aérea impuesta sobre el país norteafricano, si simplemente dan apoyo a la coalición de voluntarios que ha iniciado los ataques o si se quedan al margen. Ayer, los 28 países de la organización volvieron a evidenciar sus diferencias, que han impedido hasta ahora una decisión. Francia -el primer país en bombardear objetivos del régimen de Muamar al Gadafi- se resiste a ceder el mando de las operaciones a la OTAN, para quien ve un papel secundario. "Estamos en una operación querida por las Naciones Unidas, aplicada por una coalición 'ad hoc' a la que la OTAN podría eventualmente dar su apoyo", dijo ayer el portavoz del Estado Mayor francés, Thierry Burkhard. Por el contrario, Italia exige que la Alianza Atlántica pase a coordinar las acciones y ha advertido de que se plantea retomar el control de las bases militares que ha cedido a la coalición si eso no ocurre. "En el caso de que no se alcanzase un acuerdo entre los países aliados para que el mando de la operación en Libia pase a la OTAN, Italia consideraría la posibilidad de instituir un mando nacional independiente para gestionar las actividades", dijo ayer el Ministerio de Exteriores en Roma. El Reino Unido -que junto a Francia y Estados Unidos lidera los ataques aéreos- también se ha pronunciado a favor de ceder el control a la OTAN, mientras que Washington ha dejado claro que desea pasar el testigo de la coordinación de las acciones que ha mantenido por ahora. Las discusiones en la Alianza se dificultan, además, por la postura de dos de sus miembros -Turquía y Alemania-, que ven con reticencias los ataques internacionales contra Gadafi y se niegan a participar. En este sentido, el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, señaló también el lunes en Bruselas que las críticas vertidas por la Liga Árabe habían mostrado que "teníamos razón" en la decisión del Gobierno de Berlín de no participar. Mientras, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió hoy de que su país tiene "algunas condiciones si la OTAN va a intervenir en Libia". "La OTAN tiene que ir allí para subrayar que Libia pertenece a los libios, no para distribuir los recursos subterráneos y la riqueza entre otros", señaló. Otros países aliados, como España, se mantienen abiertos a todas las opciones, tanto a que la organización lidere la acción militar, como a mantener una coalición de voluntarios que aplique la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.