El primer ministro francés, François Fillon, dijo hoy que la operación militar contra Libia se ajusta a los términos establecidos en la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU y excluye el despliegue de tropas sobre el territorio. Los objetivos son precisos, se dirigen a la "protección de la población civil" y excluyen el envío de tropas sobre el terreno, precisó Fillon en una declaración ante la Asamblea Nacional francesa. El primer ministro recordó que crear una zona de exclusión aérea, aplicar el embargo de armas al régimen de Muamar el Gadafi y "completar" las sanciones contra éste son los elementos fundamentales de la resolución de la ONU, aprobada la semana pasada. Fillon dijo que el "mensaje sin ambigüedad" de la operación contra el régimen de Gadafi es que deben terminar las acciones violentas, que el Ejército libio tiene que regresar a sus cuarteles y que tiene que abrirse el paso a la ayuda humanitaria en el país norteafricano. En el plano militar, el primer ministro recordó que Francia despliega diariamente desde el pasado sábado "más de veinte aviones" y que su intervención se hace "en concertación con los aliados", pero no dio precisión alguna sobre el eventual papel de la OTAN en la operación contra Libia. Confirmó que los aviones Rafale y Super Etendard que operan sobre Libia intervienen desde el portaaviones "Charles de Gaulle", del que las autoridades francesas anunciaron ayer que podría entrar en el teatro de operaciones a partir de hoy mismo. Fillon aseguró que ya desde el domingo las fuerzas francesas "no detectaron" ninguna intervención del Ejército libio contra la población civil y agregó que el fuego contra los objetivos en ese país se rige "estrictamente" por las normas impuestas por el mando militar, en aplicación de los términos de la resolución de la ONU. Reconoció que los plazos de tiempo en los que los pilotos de los aviones franceses tienen que decidir si disparan contra un objetivo en territorio libio "son muy breves", pero que lo hacen en coordinación con el mando de la operación en París. "El camino hacia la democracia será largo y difícil, pero este movimiento es una esperanza formidable para los pueblos", añadió Fillon en relación con las revueltas de los últimos meses en los países árabes, que apoyó vehementemente desde la tribuna de la Asamblea Nacional. El jefe del Gobierno afirmó que la comunidad internacional no podría quedarse "de brazos cruzados ante un pueblo desarmado", en alusión a la población civil libia, y dijo que los cambios sugeridos por Gadafi no eran más que "humo de paja". "No podíamos aceptar ese escenario", agregó el primer ministro, quien aseguró que Gadafi "decidió ahogar en sangre la revuelta" en su país, donde las esperanzas del pueblo se transformaron en tragedia". Tras el discurso de Fillon, en la Asamblea Nacional intervienen los representantes de los grupos parlamentarios y también se espera la comparecencia de los ministros de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, y de Defensa, Gérard Longuet.