Un total de 685 personas murieron y más de 5.000 resultaron heridas durante la revolución egipcia, que estalló el pasado 25 de enero y terminó el 11 de febrero, según un informe de la comisión encargada de la investigación de los sucesos ocurridos entre esas fechas. El informe, elaborado por un comité del Consejo de Derechos Humanos egipcio, revela las irregularidades cometidas por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes durante la revolución, así como los nombres de empresarios, oficiales de Policía y altos cargos implicados en los ataques contra los manifestantes. El estudio ha sido entregado a la Junta Militar que dirige el país, al primer ministro egipcio, Esam Sharaf, y a la Fiscalía General, y se ha basado en informaciones ofrecidas por los hospitales que recibieron a las víctimas, añade el periódico. El informe explica que 1.200 manifestantes resultaron heridos en los ojos, y que algunos de ellos han perdido la vista, lo que según este estudio revela la intención de los policías de matar a las personas que participaban en las protestas. La mayoría de las heridas fueron registradas en la parte superior del cuerpo de las víctimas, según el informe.