El jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, reconoció ayer la incertidumbre existente sobre el desenlace de la operación y admitió que puede ocurrir que el coronel Muamar el Gadafi mantenga el poder. "Esto no lo tengo que decir yo. Ciertamente, reconozco que es una posibilidad", replicó Mullen, en una entrevista con la cadena estadounidense CBS, cuando se le preguntó si se puede llegar a un estancamiento que deje a Gadafi en el poder.

"Es muy incierto como esto va a acabar", afirmó en el programa Face the Nation de la citada cadena. "Con el tiempo, claramente, el coronel Gadafi tendrá que tomar algunas decisiones. Tendrá que decidir algunas opciones sobre su propio futuro", añadió. Mullen subrayó que Gadafi "está más aislado que nunca" y recordó que su régimen afronta "duras sanciones".

El jefe de Estado Mayor Conjunto apareció en la mayoría de las emisiones dominicales de las televisiones estadounidenses y en todas recordó que el objetivo militar de la operación es "limitado" y se circunscribe a la protección de los civiles en Libia.

En este sentido, el dirigente militar estadounidense se congratuló de cómo se había desarrollado el sábado la primera fase de la operación. "Hasta ahora ha sido un éxito", declaró a la cadena ABC. Según Mullen, la primera tanda de bombardeos y lanzamiento de misiles de crucero logró destruir prácticamente las defensas antiaéreas libias, frenar el avance de las tropas de Gadafi hacia Bengasi y establecer la zona de exclusión aérea tal como lo exige la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada el pasado jueves.

"Tenemos patrullas de aviones de combate sobre Bengasi las 24 horas del día", afirmó Mullen, quien añadió que estas patrullas se irán extendiendo hacia el oeste en busca de las columnas de las tropas de Gadafi. Mullen añadió que EEUU "vigila muy de cerca" los estocs de gas mostaza en posesión de Gadafi. "Tiene una determinada cantidad almacenada. Puede hacer muchos destrozos con esto", afirmó.