Nada hay que se parezca todavía a una revuelta prodemocrática en Siria pero, si un día acaba asomando la cabeza, la localidad de Deraa podrá atribuirse el título de cuna de la revolución, la Sidi Bouziz del Levante árabe. Cerca de 10.000 personas asistieron ayer en Deraa a los funerales de dos de las cuatro víctimas abatidas por la policía en la manifestación de la víspera, la primera de entidad celebrada en el país.

Durante el cortejo, la multitud volvió a exigir reformas e incluso llegaron a escucharse cánticos como "Dios, Siria y Libertad: Quien mata a su gente es un traidor".

El Gobierno sirio anunció la apertura de una "investigación transparente para castigar a los responsables" de los asesinatos. La agencia SANA sostiene que fueron grupos de "infiltrados" los responsables del "caos".