Los rebeldes libios habrán sufrido una derrota importante si se confirma que perdieron Ajdabiya, ayer por la tarde, frente a la ofensiva de las fuerzas del coronel Muamar el Gadafi. Aunque sea así, no se puede dar por hecho que tal situación prevalecerá el miércoles: la lucha por Brega, una población de 4.500 habitantes, le tomó al Ejército gubernamental cuatro días de avanzadas y retiradas ante la resistencia opositora. Ajdabiya es mucho mayor, con 100.000 residentes, y tiene un valor especial porque es la entrada al este del país, que controlan los revolucionarios.

Sus dirigentes han prometido una defensa ejemplar de Ajdabiya. Khaled el Sayeh, portavoz para temas militares del Consejo Nacional de Transición, dijo que sus fuerzas mantenían el control: "Han bombardeado la ciudad a larga distancia. Pero la situación ahora es buena. Hemos rechazado a las unidades del Ejército que trataron de entrar".

Si logran conquistar Ajdabiya, los gadafistas tendrán dos opciones: dirigirse 150 kilómetros hacia el norte para asediar Bengasi, centro político de los rebeldes, o avanzar a través del desierto por una recta de 400 kilómetros que les permitiría atacar Tobruk y tomar el control de la frontera con Egipto.

Sin embargo, si a final de cuentas los rebeldes están en lo correcto y conservaron Ajdabiya, el balance del martes sería favorable a ellos, pues aseguraron haber hundido dos fragatas gubernamentales desde las que los han estado bombardeando, y haber dañado otra.

Los oficiales de la fuerza aérea que desertaron para apoyar la revolución, y que habían estado inactivos durante todo el mes de conflicto, finalmente pilotaron jets que despegaron desde el aeropuerto bengasí de Benina y atacaron los buques de guerra leales a Gadafi.