No ha arrancado todavía el proceso de paz y ya empiezan los problemas. Cuatro israelíes murieron ayer en un ataque con armas automáticas en una carretera junto a la ciudad cisjordana de Hebrón, en lo que parece ser un intento de milicianos palestinos de sabotear el relanzamiento de las negociaciones de paz directas, que comienzan el jueves en Washington.

Del ataque se han responsabilizado tanto la milicia del movimiento nacionalista Al Fatah, que lidera el presidente palestino, Mahmud Abás, como la del movimiento islamista Hamás, que rechaza las conversaciones, aunque por el momento la cumbre no parece estar amenazada.

Funcionarios próximos al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijeron a la edición electrónica del diario Yediot Aharonot que Israel no suspenderá el relanzamiento de las negociaciones de paz y que "sigue en vigor la política de reacción para este tipo de ataques". Netanyahu, que ya ha aterrizado en Washington, fue puesto al tanto de la situación por su ministro de Defensa, Ehud Barak.

El ataque tuvo lugar en la carretera 60, que cruza Cisjordania de sur a norte, a la altura del asentamiento judío de Kiriat Arba, informó el Maguen David Adom, equivalente a Cruz Roja. "Puedo confirmar que hay cuatro muertos", se limitó a decir el portavoz de la policía israelí Miki Rosenfeld, mientras que testigos relataron que el coche y las víctimas fueron alcanzados por decenas de balas.

MUJER EMBARAZADA Las víctimas son dos hombres de 25 y 40 años y dos mujeres de la misma edad, una de ellas embarazada, residentes los cuatro en el asentamiento de Bet Hagay, en Hebrón. Se trata de una pareja, Talia e Itzhak Imas, padres de seis hijos --el mayor de 19 y el menor de año y medio--, y de otras dos personas que recogieron cuando hacían autostop: Kojaba Ben Haim y Avihai Shendler.

El informe sobre el ataque contra un vehículo israelí lo recibieron primero los organismos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), a una hora en la que los palestinos rompían el ayuno del mes de Ramadán.

Anoche el primer ministro palestino, Salam Fayad, condenó enérgicamente el ataque y dijo que "perjudica a los intereses palestinos" para alcanzar la meta de un estado con el apoyo de la comunidad internacional.

La última vez que milicianos palestinos abrieron fuego contra israelíes en carreteras de Cisjordania fue en junio, ataque en el murió un policía a solo unos kilómetros de lugar del suceso de hoy. En previsión de nuevos ataques, el Ejército y la policía han levantado controles por todas las zonas fronterizas y en los accesos a Jerusalén, mientras que ha declarado el toque de queda en una parte de Hebrón para buscar a los autores.