La de ayer fue una conmemoración agridulce. El Gobierno de EEUU ha conseguido avances desiguales en la reconstrucción de Nueva Orleans, cinco años después de que la ciudad sufriera el azote del Katrina , uno de los huracanes más devastadores en la historia del país. El presidente Barack Obama, que visitó ayer la ciudad para recordar a las más de 1.800 víctimas mortales de la tragedia, reconoció que aún queda mucho por hacer, al tiempo que anunció más inversiones para la recuperación de la ciudad.

Para Obama, Nueva Orleans se ha convertido en un "símbolo de resistencia y de sentido comunitario". Durante el discurso que pronunció en la Universidad Xavier --que quedó anegada en el 2005--, el mandatario admitió que todavía es alto el índice de pobreza que reina en la ciudad, que de hecho dobla la media nacional del 11%. Los ingresos de la población negra y la latina siguen siendo muy inferiores a los de la blanca, en un 44% en el caso de los primeros y en un 25% en el de los segundos. Además, Nueva Orleans encabeza el índice de asesinatos de EEUU.

DOS VELOCIDADES La población más pobre reclama más atención y acusa a las autoridades de llevar a cabo la reconstrucción a dos velocidades. Critica las inversiones en barrios adinerados y turísticos, como el francés, mientras otros, como el Lower Ninth Ward, el más pobre de la ciudad, habitado en un 99% por población negra, sufre de abandono. Una de cada tres casas de este barrio todavía sigue en ruinas.

Otro dato que muestra la falta de organización y previsión en la reconstrucción es que hay 500.000 viviendas vacías, mientras que, paradójicamente, se ha duplicado (hasta las 30.000) el número de personas sin techo. Aunque no todo son cifras negativas. La ciudad ha recuperado el 85% de los empleos que había antes del Katrina y, en lo que va de año, ya la han visitado más de 9 millones de turistas.

Obama habló de "corrupción e ineficacia" en la Administración pública y prometió a la población que no cesará en apoyarla hasta que "el trabajo esté acabado". Aprovechó además la ocasión para recordar la "vergonzosa" gestión de la crisis de su antecesor, el ex presidente George Bush, que reaccionó tarde y dejó a "un gran número de hombres, mujeres y niños abandonados".

Y AHORA, EL VERTIDO DE CRUDO El alcalde de la ciudad, Mitch Landrieu, por su lado, pidió más ayuda al Gobierno. A los efectos del huracán Katrina de hace cinco años hay que añadir la recesión generada por la crisis económica mundial y el vertido de petróleo tras la explosión en abril de una plataforma petrolífera en el golfo de México.